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una vez

 

 

 

Vi a mi padre desnudo, una vez, abrí

la puerta azul del baño,

que él siempre trababa –si se abría, no había nada–

y ahí, rodeado de brillantes cerámicas

turquesas, sentado en el inodoro, estaba mi padre,

todo él, y todo él

era piel. En un instante, mi mirada lo recorrió

de un único, súbito, limpio

tirón, hacia arriba: dedos del pie, tobillo,

rodilla, cadera, costilla, cuello,

hombro, codo, muñeca, dedos

mi padre. Se veía tan desprotegido,

sin costuras, y tímido, como una nena en el inodoro,

y si bien yo sabía que estaba sentado ahí

para cagar, no había vergüenza,

había una paz humana. Él me miró,

yo dije Perdón, retrocedí, cerré la puerta

pero lo había visto, mi padre un cordero esquilado,

mi padre una nube en el cielo azul

del baño azul, mi ojo había subido

por la montaña, la ruta sinuosa del

hombre desnudo, había doblado la esquina,

y descubierto su costado frágil – tierna

barriga, borde de la cuna pélvica.

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once

 

 

 

I saw my father naked, once, I

opened the blue bathroom’s door

which he always locked — if it opened, it was empty —

and there, surrounded by glistening turquoise

tile, sitting on the toilet, was my father,

all of him, and all of him

was skin. In an instant my gaze ran

in a single, swerving, unimpeded

swoop, up: toe, ankle,

knee, hip, rib, nape,

shoulder, elbow, wrist, knuckle,

my father. He looked so unprotected,

so seamless, and shy, like a girl on a toilet,

and even though I knew he was sitting

to shit, there was no shame in that

but even a human peace. He looked up,

I said Sorry, backed out, shut the door

but I’d seen him, my father a shorn lamb,

my father a cloud in the blue sky

of the blue bathroom, my eye had driven

up the hairpin mountain road of the

naked male, I had turned a corner

and found his ank ungarded — gentle

bulge of the hip–joint, border of the pelvic cradle.

 

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Sharon Olds / Traducción de Natalia Leiderman y Patricio Foglia

Sangre, lata, heno, 1999

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

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