chicas de pelo corto
Se oyó una voz que pedía agua.
Era yo. Era una de esas noches
completamente orientales. Un amigo
preguntó, angustiado, si había algún
guionista en la sala.
Esa será mi consigna para momentos de crisis.
Todos comenzamos a interpretar,
aprovechando las últimas vacaciones.
Mientras tanto, no lejos de ahí
entrenaba el equipo femenino.
Y vuelta a empezar. ¿Qué más
hace falta para hablar del peso?
Entonces se levantan los objetos alados,
las moléculas, todo está hecho
de contrastes como si fuéramos románticos.
No era tan difícil. Salió a la primera.
Creo que tú me ponías nerviosa.
mariano peyrou
de La hora verde
babab
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