XII : 64

 

 

Desperté demasiado temprano

y comencé a pensar en lo eterno,

pero no en la gran eternidad de los rezos

sino en las pequeñas eternidades olvidadas.

 

La parte que no fluye del río

aquello de la ciudad que siempre calla,

el lugar que no duerme en tu cuerpo dormido,

aquello que no despierta en mi cuerpo despierto.

 

Sentí entonces que las pequeñas eternidades

son preferibles a la gran eternidad.

 

Y no pude volver a dormirme.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

juarroz, roberto

poesía vertical :tomo 2- 1′ ed.- buenos aires: emecé editores, 2005

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

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