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dylan thomas

 

traducción de cindell celaya

 

No. 97 / Marzo 2017

periódico de poesía de la UNAM

 

 

 

and death shall have

no dominion

 

 

 

And death shall have no dominion.

Dead men naked they shall be one

With the man in the wind and the west moon;

When their bones are picked clean and the clean bones gone,

They shall have stars at elbow and foot;

Though they go mad they shall be sane,

Though they sink through the sea they shall rise again;

Though lovers be lost love shall not;

And death shall have no dominion.

 

And death shall have no dominion.

Under the windings of the sea

They lying long shall not die windily;

Twisting on racks when sinews give way,

Strapped to a wheel, yet they shall not break;

Faith in their hands shall snap in two,

And the unicorn evils run them through;

Split all ends up they shan’t crack;

And death shall have no dominion.

 

And death shall have no dominion.

No more may gulls cry at their ears

Or waves break loud on the seashores;

Where blew a flower may a flower no more

Lift its head to the blows of the rain;

Though they be mad and dead as nails,

Heads of the characters hammer through daisies;

Break in the sun till the sun breaks down,

And death shall have no dominion.

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la muerte no tendrá

dominio

 

 

Y la muerte no tendrá dominio.

Muertos los desnudos hombres serán uno

con el hombre en el viento y la luna del oeste;

cuando sus huesos sean descarnados y limpios los huesos queden

tendrán estrellas en codos y pies;

aunque vueltos locos, ellos estarán cuerdos,

aunque hundidos en el mar, ellos emergerán de nuevo;

aunque los amantes estén perdidos, el amor no lo estará;

y la muerte no tendrá dominio.

 

Y la muerte no tendrá dominio.

Bajo la sinuosidad del mar

ellos que yacen yertos no morirán en la ventisca;

retorciéndose atormentados cuando soporte ya no hay,

amarrados a un timón sin embargo no se romperán;

la fe en sus manos se partirá en dos,

y las maldades del Unicornio los traspasarán;

todo termina por partirse ellos no se romperán;

y la muerte no tendrá dominio.

 

Y la muerte no tendrá dominio.

No oirán más el llanto de las gaviotas

ni a las olas romper ruidosas en la costa;

donde brotó una flor tal vez no lo haga más

levanta la cabeza al golpe de la lluvia;

aunque estén locos e inertes como clavos,

las cabezas de los muertos martilleando bajo las margaritas;

irrumpen en el sol hasta que el sol se quiebra,

y la muerte no tendrá dominio.

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