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sharon olds

 

la especialista

en babosas

 

versión de

e. zaidenwerg

 

 

 

 

 

the connoisseuse of slugs

 
When I was a connoisseuse of slugs

I would part the ivy leaves, and look for the

naked jelly of those gold bodies,

translucent strangers glistening along the 

stones, slowly, their gelatinous bodies

at my mercy. Made mostly of water, they would shrivel

to nothing if they were sprinkled with salt, 

but I was not interested in that. What I liked

was to draw aside the ivy, breathe the

odor of the wall, and stand there in silence

until the slug forgot I was there

and sent its antennae up out of its

head, the glimmering umber horns

rising like telescopes, until finally the

sensitive knobs would pop out the ends,

delicate and intimate. Years later,

when I first saw a naked man,

I gasped with pleasure to see that quiet

mystery reenacted, the slow 

elegant being coming out of hiding and

gleaming in the dark air, eager and so

trusting you could weep.
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la especialista en babosas

 

 

Cuando era especialista en babosas, apartaba

las hojas de la hiedra, en busca de esos cuerpos

traslúcidos, brillosos, de gelatina verde,

que subían reptando lentamente

a mi merced, por la pared de piedra.

Al estar hechas casi todas de agua,

morían al instante si les echaban sal,

pero eso no era lo que a mí me interesaba. Lo que a mí me gustaba

era correr las hojas de la hiedra, quedarme respirando

el olor de la pared, y esperar en silencio hasta que el bicho

se olvidara de mí, y sacara las antenas;

ver cómo esos cuernitos relucientes se alargaban

como si fueran telescopios, hasta que finalmente

los extremos sensitivos salían a la luz,

íntimos e infalibles. Unos años más tarde,

cuando vi por primera vez a un hombre desnudo,

me sorprendió observar cómo se repetía

el callado misterio, ver a esa criatura

parsimoniosa y elegante salir de su escondite

y brillar en el aire polvoriento,

deseosa y tan confiada

que una podría llorar.

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