Dudosos pies por ciega noche llevo.
Quevedo
jorge boccanera
bestias en un hotel de paso
bestias en un hotel de paso
bestias en un hotel de paso
voces de la cieganoche
cuaderno del espejo
Entre el espejo y yo, hay un hombre hecho polvo.
El perro de policía luce sus colmillos de cristal.
Su saliva ya sueña con mis huesos.
El espejo se cree que está leyendo un cuento.
Todo el espejo es hambre.
Duermo apretado en el espejo, con mi padre y mis hijos.
El espejo no escucha, pero te lee los labios.
La trampa del espejo está hecha de paciencia.
El espejo relata, una vez, otra vez, el cuento de mi cara.
En la red del espejo hay un pescado.
Suele mirarme como se ve un hermano.
El espejo es un pozo que se tragó mi infancia.
Todas las cacerías empiezan y terminan en el mismo
lugar: el campo pulido del espejo.
Espejo delator.
Fragua un retrato hablado del fugitivo.
Está hecho de cajones de espanto, el espejo.
Allí guarda las caritas de trapo de los niños, planchadas,
ordenadas, prolijas.
Mi rostro, el tuyo, afilan los espejos.
El espejo es un libro que está leyendo un libro.
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