EN LOS laboratorios, sobre las máquinas inmóviles, hay óxido y sombras. No hay ácidos ni hombres; apenas
permanece la química de la ira.
Sucede a causa de la infección general de la atmósfera, es decir, de la vida. Sucede también a causa de grandes
codicilos infecciosos.
Tú, es decir, yo, entra a los laboratorios. Pon temperatura. Primero en los instrumentos más tristes. Reduce el
óxido, dispersa las sombras.
Madres. Madres tuyas y mías suelen venir a las válvulas. Abre las válvulas. Busca, no sé, gritos, quizá. Sí, busca
los gritos de las parturientas gozosas, busca los cabellos aceitados por la tristeza, los imperdibles perdidos.
O su llanto.
Sí, su llanto insurgente. Induce tú la sedición llorando. Pon la obra magnética.
Ya llegan las madres.
Ya visten los grandes mandiles, ya tienden la ropa más blanca, ya cantan y lloran, ya lavan los ácidos.
¿Qué hacen las madres?
Ellas saben. Restauran la química
cantando, tendiendo, lavando, llorando.
(Fábula de las madres doctoradas en química)
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periódico de poesía
la química de la ira
de antonio gamoneda | inéditos
2 septiembre, 2019
Estos días llegan a las librerías los dos tomos de ‘ESTA LUZ Poesía reunida 1947-2019′ (Galaxia Gutenberg), la nueva edición (revisada y ampliada) de la poesía reunida de Antonio Gamoneda, y el mexicano Periódico de Poesía celebra esta publicación con un adelanto –dos poemas– del libro inédito (hasta ahora) ‘Las venas comunales’ (2015-2019), que se incluye en el tomo segundo. Un libro que se escribió originalmente en diálogo con la obra gráfica de Juan Carlos Mestre y que supone el regreso de Gamoneda a una escritura más estrictamente social, aunque (añade su autor) “lo será, creo, relativamente fuera de las ‘costumbres’ que caracterizan a la tendencia”.
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