[ezcol_1half]               

el vencejo

Vencejo de alas demasiado largas

que gira y grita su gozo alrededor de la casa.

Tal es el corazón.

Él deseca al trueno.

Él siembra en el cielo sereno.

Si él toca al sol, él se desgarra.

Su réplica es la golondrina.

Él detesta la familiaridad.

¿Qué iguala al encaje de la torre?

Su pausa está en el hueco de lo más sombrío.

Ninguno está más estrecho que él.

El verano de la larga claridad,

él hilará en las tinieblas,

por las persianas de medianoche.

No hay ojos que lo retengan.

Él grita, es toda su presencia.

Un ligero fusil va a derribarle.

Tal es el corazón.

   [/ezcol_1half][ezcol_1half_end]

le martinet

Martinet aux ailes trop larges,


qui vire et crie sa joie autour de la maison.


Tel est le coeur.

Il dessèche le tonnerre.


Il sème dans le ciel serein.


S’il touche au sol, il se déchire.

Sa repartie est l’hirondelle.


Il déteste la familière.


Que vaut dentelle de la tour?

Sa pause est au creux le plus sombre.


Nul n’est plus à l’étroit que lui.

L’été de la longue clarté,


il filera dans les ténèbres,


par les persiennes de minuit.

Il n’est pas d’yeux pour le tenir.


Il crie, c’est toute sa présence.


Un mince fusil va l’abattre.


Tel est le coeur.

[/ezcol_1half_end]

 

 

René Char

el vencejo

Poesía Buenos Aires” 1950/1960,

número XI/XII,

versión de Raúl Gustavo Aguirre, 1979

paperblog.fr/3553170/le-martinet-rene-char

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

radiografía

 

Algo que ahora sé, no tendría que haber ocurrido.

 

 

oficio

 

Algunos de mis amigos se hartan de lo mismo;
y ellos no escriben poemas.

 

balconcillos 19

 

Hay suficiente belleza en estar aquí y no en otra parte.