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la gran noche
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Arrodillado en mi ataúd, llorando,
con el amarillo llanto de todos los muertos,
tu perro de laurel solloza, vida mía.
Succionando el aceite de las grandes bestias,
de las terribles bestias negras y solitarias,
Dios, te ahogas en tu elixir
morado.
Sobre una montaña de intestinos levantas tu solitario fuego,
y quiebro mi frente contra la roca de los sepulcros
para salvar mi corazón
¡oh náufrago de los cementerios!
En la gran noche yo te entrego mi puñado de larvas.
Sin embargo,
¡están para tu piedad mis pies tan fríos!
Gusano de palo verde por mis huesos trenzados,
señora de almendro claro ¡cómo tengo la vida!
Comiendo cerezas negras están los enterradores.
Vigilan la córnea de los últimos muertos y arrastran su saco de agonía.
Tú te sonríes, señor de los ejércitos.
Yo empuño los remos de mi sarcófago hacia las banderas azules.
Tu galeón está sujeto por una flota de cadáveres.
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Mahfúd Massís
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Antología
Poemas 1942-1988
1990 · Editorial Dialit, C.A.
Santiago, Chile
Impreso Venezuela 1990
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Las bestias del duelo
1942
La gran noche
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