abraham gragera
adiós a la época de los grandes caracteres
gragera
la época
adiós
abraham gragera
casi demasiado serio
Locutado por Tomás Galindo aquí
El aire que improvisa, inacabado, los gestos imprecisos, las cosas que
se cogen sólo para soltarlas, me gustan, porque no van a ningún sitio,
pero no llegan nunca tarde.
Inestabilidad, tienes nombre de milagro. Somos nosotros los que
decimos adiós, los que decimos… Ah, qué no te regalaría si supiera
cuánta fruta es un buen regalo. Estaba todo lleno de racimos. Y todo
los miraba con nostalgia.
Tal vez porque la soledad es todo
lo que ocurre alrededor de ella, las cosas nos enseñan cuánto amor
se necesita para pasar desapercibidos. O cuánto deseamos que nos
interrumpan. Las moscas, como el siglo diecinueve, lo sabían; las
cigarras celebran el amor, no su visión del mundo, la orilla añora el
roce de sus eles, mirar un río es también ahogarse.
Si pudiera, pensé, volvería al pasado a por la ropa de entretiempo.
Pero la nieve que cegó mis nueve años con un helor de ojo sin pupila
para borrar el mundo y prometerlo, aún no se ha derretido; mientras que
aquí, el verano y el otoño resultan demasiado familiares para disfrutar
de la seducción de los extraños, y demasiado extraños para hablarles
con familiaridad:
El sol y la llovizna juegan a la sed.
Quizás porque proponen un nuevo concepto de doma las tragedias son, no
sé, tan infinitivas, que no parecen hijas de su tiempo, verbal, imperativo…
Y lo que nos ocurre es siempre una liberación, un despertar:
Si con pasos de arena, balbuciendo han entrado ladrones en la casa, te
bañaste en mi sueño ¿no fue para que yo te respondiera no te preocupes,
son los nuestros…
Aquella nube bruta, este barro tan dócil…
Ya verás como siga así este tiempo. Van a proliferar las elegías.
me gusta
improvisado, inacabado, impreciso, lo que
se coge para soltarlo
no va no llega tarde
inestabilidad: milagro
—
inestabilidad: milagro
nosotros decimos: adiós
decimos: si supiera qué es un buen regalo
lo que te regalaría
[estaba todo lleno de racimos
y todo los miraba con nostalgia]
porque la soledad es todo lo que ocurre alrededor de ella
—
porque la soledad es todo lo que ocurre alrededor de ella
—
lo que ocurre alrededor de ella
cuánto amor para pasar desapercibidos
cuánto deseamos que nos interrumpan
las moscas lo sabían
las cigarras celebran el amor [no su visión del mundo]
la orilla añora el roce de sus eles
mirar un río es [también] ahogarse
—
volvería al pasado a por la ropa de entretiempo
pero la nieve
[que cegó mis nueve años con un helor
de ojo sin pupila para borrar el mundo y prometerlo]
aún no se ha derretido
aquí el verano y el otoño
[demasiado familiares la seducción de los extraños
demasiado extraños para hablarles con familiaridad]:
el sol y la llovizna juegan a la sed
—
el sol y la llovizna juegan a la sed
—
las tragedias [por un nuevo concepto de doma]
son infinitivas: no hijas de su tiempo verbal imperativo
y nos ocurre una liberación, un despertar:
—
pasos de arena
[balbuciendo han entrado ladrones en la casa]
te bañaste en mi sueño
¿no fue para no te preocupes, son los nuestros
—
aquella nube bruta
este barro tan dócil…
—
como siga este tiempo
van a proliferar las elegías.
Θ
A ver qué tal: https://youtu.be/cjddK3T0gos