ana istarú
la muerte y otros efímeros agravios
Editorial Costa Rica
San José, Costa Rica
Primera edición: 1988
LA MUERTE ES UN REPLIEGUE
Todos seremos despeñados
en álgido preludio hacia el adiós,
la oscuridad, la nube indescifrable.
Llegar a ser no ser
ni nada de la nada.
A quien tender el viaje umbilical
de la nostalgia,
decirle sollozantes,
ya nos vamos, que voy, me voy.
Estamos en la muerte chapoteando,
enrarecidos.
Lleva el filo de este beso a la testuz
poblada de la fresa,
al polvo calcinado por el brillo,
al punto sacro sobre este territorio
donde por vez primera vi y así lo supe:
este es mi amado,
rozando, tangencial, el infinito. El sol,
los mármoles celestes,
los que viajan aún: los argonautas
que elevan la nave azul del mundo.
Lleva este beso y ponlo
como un dardo de amor encarnizado
en todo lo que existe.
Mi muerte es un repliegue,
una estrategia genial
de la semilla
particular de mí rodando por el cosmos,
hilando el trance lleno de los astros.
El pulso de la nada es la tibia,
el átomo dormido que retorna,
no la amargura.
Agua que fui y carbono dulce
que el orbe recupera,
engendran otra faz, otra costilla flamante,
locomotoras,
la fe de los salones,
la naranja,
la rabia irreverente de los hombres,
los que elevan
la nave azul del mundo
y dan su trozo
de luz a cada cosa,
su migaja de paz sobre la tierra.
⊗
0 comentarios