notas para un diccionario apócrifo

 

 



ALEJANDRO. Sumido en el mal sagrado, soñó la muerte de Hefestión y,

despertando, mandó rapar las crines de las acémilas, abatir las murallas,

crucificar a los ancianos, sembrar los campos de sal, cesar la música en todo el Asia.



ANCIANOS. La cal entra a la carótida de los ancianos; sienten una lengua fría

que avanza en el interior de su cabeza; si su orina es blanca, enloquecen.



ASTRÁGALO. Crece en lugar de vientos. Sirve en las rijas húmedas y en la tristeza.



AZUFRE. Nace en el espesor del vitriolo. Cunde en las carnes que hierven bajo los tábanos.

Hay azufre en el interior del relámpago.



BELEÑO. Enloquece la flor del que ha nacido de simiente negra, mas si respiras el

que se abre en flores blancas, los días pasan suavemente delante de tus ojos.



DÍPTEROS. Viven en las heridas de los caballos. Algunos mueren en el instante del amor.



FALOIDES. Los hongos nacen de la corrupción del rocío.



HORMIGAS BLANCAS. Temen la luz y, aladas, se aparean en el presentimiento de la tormenta.



MECONIO. Trae música al pensamiento y lentitud a las venas.

Fluye limpia la cólera y el mundo tiene la suavidad de un sueño. Pero su caricia es mortal.



MIEL HERACLEA. Las abejas forman su miel en la dulzura de grandes flores venenosas.

Tomándola, los pastores salen de sí, copulan con los carneros, mueren en el fondo de las cisternas.



NANACATL. Todas las cosas están ordenadas y suspensas, hay música en tu pensamiento

y nadas en la luz, pero es negra tu última sonrisa.



PHALANGIOS. Puesta la tarántula negra sobre la mujer que duerme, el descanso es mortal,

pero sus hermanas traen flautas y la música saca la linfa negra de las venas.

La dormida siente causas invisibles; luego, despierta bajo el rostro de sus hermanas.



TRAGO-SCORPIO. Vigilado por animales de ojos duros, crece a la orilla del mar;

lo arrancan hombres silenciosos.

 

 

 

 

 

antonio gamoneda

notas para un diccionario apócrifo

De Mudanzas, en Esta luz, poesía reunida (1947-2004)

Círculo de lectores, 2004

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

reencuentro

 

y todos lloraremos con ese abrazo,
cada uno por lo suyo.