–
–
–
–
–
canción desde la torre más alta
–
–
–
Que venga ya, que venga
el tiempo que enamore.
Tuve tanta paciencia,
que para siempre olvido;
miradas y sufrimientos
al cielo se marcharon.
Y la sed malsana
me oscurece las venas.
Que venga ya, que venga
el tiempo que enamore.
Igual la pradera
al olvido entregada,
agradada y florida
de incienso y cizaña,
ante el hosco zumbido
de las sucias moscas.
Que venga ya, que venga
el tiempo que enamore.
–
–
Amé el desierto, los vergeles calcinados, las tiendas mustias, las bebidas entibiadas. Me arrastraba por las callejas malolientes y, con los ojos cerrados, me ofrecía al sol, dios del fuego.
«General, si todavía asoma un viejo cañón por tus murallas en ruinas, bombardéanos con bloques de tierra seca. ¡A las vidrieras de los espléndidos almacenes! ¡A los salones! Haz que la ciudad se trague su propio polvo. Oxida las atarjeas. Llena los camarines de arenilla de rubí ardiente…» ¡Oh! ¡El insecto beodo en el meadero del albergue, enamorado de la borraja, y que un rayo disuelve!
–
–
una temporada en el infierno
–
–
arthur rimbaud
–
–
versión: ramón buenaventura
–
–
chanson de la plus haute tour
–
–
– – Qu’il vienne, qu’il vienne, J’ai tant fait patience Qu’il vienne, qu’il vienne, Telle la prairie Qu’il vienne, qu’il vienne, –
– |
–
–
–
–
J’aimai le désert, les vergers brûlés, les boutiques fanées, les boissons tiédies. Je me traînais dans les ruelles puantes et, les yeux fermés, je m’offrais au soleil, dieu de feu.
«Général, s’il reste un vieux canon sur tes remparts en ruines, bombarde-nous avec des blocs de terre sèche. Aux glaces des magasins splendides ! dans les salons ! Fais manger sa poussière à la ville. Oxyde les gargouilles. Emplis les boudoirs de poudre de rubis brûlante…»
Oh ! le moucheron enivré à la pissotière de l’auberge, amoureux de la bourrache, et que dissout un rayon !
–
–
En este caso, el texto que reproduce Rimbaud en “Alquimia del verbo” difiere considerablemente del original de
1872. Éste era así:
–
–
Juvenil pereza
a todo sujeta,
por delicadeza,
he perdido mi vida.
¡Ay! ¡Que llegue el tiempo
en que los corazones se prenden!
Dije para mí: deja
y que no se te vea;
y sin la promesa
de más elevadas alegrías.
Que nada te retenga,
augusto retiro.
Tuve tal paciencia,
que por siempre olvido;
miedos y sufrimientos
al cielo se marcharon.
Y la sed malsana
me oscurece las venas.
Igual la pradera
al olvido entregada,
agradada, y florida
de incienso y cizaña,
ante el hosco zumbido
de las sucias moscas.
¡Ah! ¡Las mil viudeces
del alma, tan pobre:
sólo tiene la imagen
de Nuestra Señora!
¿Vamos a rezarle
a la Virgen María?
Juvenil pereza
a todo sujeta,
por delicadeza
he perdido mi vida.
¡Ah! ¡Que llegue el tiempo
en que los corazones se prenden!
–
–
Como se ve, Rimbaud, en sus “enmiendas” para “Alquimia del verbo”, prescinde precisamente de uno de sus
fragmentos más citados por la posteridad: “par délicatesse / j’ai perdu ma vie”.
–
–
chanson de la plus haute tour
–
–
Oisive jeunesse
A tout asservie,
Par délicatesse
J’ai perdu ma vie.
Ah ! Que le temps vienne
Où les cœurs s’éprennent.
Je me suis dit : laisse,
Et qu’on ne te voie :
Et sans la promesse
De plus hautes joies.
Que rien ne t’arrête
Auguste retraite.
J’ai tant fait patience
Qu’à jamais j’oublie ;
Craintes et souffrances
Aux cieux sont parties.
Et la soif malsaine
Obscurcit mes veines.
Ainsi la Prairie
A l’oubli livrée,
Grandie, et fleurie
D’encens et d’ivraies
Au bourdon farouche
De cent sales mouches.
Ah ! Mille veuvages
De la si pauvre âme
Qui n’a que l’image
De la Notre-Dame !
Est-ce que l’on prie
La Vierge Marie ?
Oisive jeunesse
A tout asservie,
Par délicatesse
J’ai perdu ma vie.
Ah ! Que le temps vienne
Où les cœurs s’éprennent !
–
–
–
–
–
–
–
–
–
0 comentarios