basilio sánchez
las piedras se habitúan…
Las piedras se habitúan
a la inmovilidad, así los ojos.
Tras la lluvia,
la tierra devastada se sumerge en sí misma.
Los bosques, los edificios nuevos, los antiguos
son tomados ahora por un vaho
muy lento que los cubre.
La ciudad apagada,
esta hora sin luz ni oscuridad en la que el humo
del día y de la noche se confunden,
el fondo inconsolable de nuestros pensamientos.
Queda sobre las cosas, solitaria,
una estrella culpable.
Para ella, también para nosotros, debería haber perdón.
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