charles simic
elmundonoseacaba
Escalígero palidece mortalmente al ver un berro. Ticho
Brahe, famoso astrónomo, se desmaya al ver un zorro
enjaulado. María de Médicis se marea súbitamente al ver
una rosa, hasta en pintura. Mis antepasados, entretanto,
comen repollo. Remueven el cazo buscando una pezuña
de cerdo que no existe. El cielo es azul. El ruiseñor canta
en un soneto renacentista, e inmediatamente alguien se
va a la cama con un dolor de muelas.
•
[Scaliger turns deadly pale at the sight of watercress.
Tycho Brahe, the famous astronomer, passes out at
the sight of a caged fox. Maria de Medici feels instantly
giddy on seeing a rose, even in a painting. My ancestors,
meanwhile, are eating cabbage. They keep stirring the
pot looking for a pigfoot which isn’t there. The sky is
blue. The nightingale sings in a Renaissance sonnet, and
immediately someone goes to bed with a toothache.]
Éramos tan pobres que tuve que hacer de cebo en la
ratonera. A solas en el sótano, podía oírlos moverse por
el piso de arriba o dar vueltas en la cama. «Vivimos malos
tiempos, tiempos oscuros», me decía el ratón mientras
me mordisqueaba la oreja. Pasaron los años. Mi madre
llevaba puesto un cuello de piel de gato, que acariciaba
hasta que las chispas alumbraban el sótano.
•
[We were so poor I had to take the place of the bait in the
mousetrap. All alone in the cellar, I could hear them
pacing upstairs, tossing and turning in their beds. ‘These
are dark and evil days’, the mouse told me as he nibbled
my ear. Years passed. My mother wore a cat-fur collar
which she stroked until its sparks lit up the cellar.]
Dear Friedrich, the world’s still false, cruel and beautiful…
Earlier tonight, I watched the Chinese laundryman,
who doesn’t read or write our language, turn the pages
of a book left behind by a costumer in a hurry. That made
me happy. I wanted it to be a dreambook, or a volume of
foolishly sentimental verses, but I didn’t look closely.
It’s almost midnight now, and his light is still on. He
has a daughter who brings him dinner, who wears short
skirts and walks with long strides. She’s late, very late, so
he has stopped ironing and watches the street.
If not for the two of us, there’d be only spiders hanging
their webs between the street lights and the dark trees.
•
[Querido Friedrich, el mundo sigue siendo falso, cruel y hermoso…
Esta misma noche he visto que el chino de la tintorería,
que no sabe leer ni escribir en nuestro idioma,
volvía las páginas de un libro que un cliente se había
olvidado con las prisas. Eso me alegró. Me habría gustado
que fuese un diario de sueños o un volumen de versos
ridículamente sentimentales, pero no pude fijarme bien.
Ahora es casi medianoche y su lámpara sigue
encendida. Tiene una hija que le trae la cena, que se pone
faldas cortas y camina a grandes zancadas. No ha vuelto
aún y lleva retraso, mucho retraso, por lo que él ha dejado
de planchar y observa la calle.
Si no fuera por nosotros, sólo habría arañas colgando
sus telas entre las farolas y los árboles oscuros.]
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Una gallina más grande que el granero picotea a las
demás gallinas como si fueran granos de maíz blanco. La
leyenda dice que es mi bisabuela. Corremos para salvar
el pellejo, con mi bisabuelo en cabeza. «¡Te quitaremos
las gafas, Cornelia!», le grita por encima del hombro.
Nos engulló igualmente. Era como lo que le pasó
a Jonás dentro de la ballena, salvo por la joven novia de
pueblo con la que nos encontramos. Nos dio la bienvenida
con una sonrisa misteriosa y nos mostró las camas donde
pasaríamos nuestra larga cautividad.
«Será mejor que detengas esta locura, querida», oímos
que susurraba nuestro bisabuelo antes de caer dormidos.
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[A hen larger than the barn pecking the other chickens
as if they were kernels of white corn. The legend says it’s
my great-grandmother. We are running for our lives,
my great-grandfather leading the way. ‘We’ll take your
glasses away, Cornelia’, he yells over his shoulder!
She gobbled us all up anyway. It was like what Jonah
went through inside the whale, except for the young
village bride we met there. She smiled mysteriously in
welcome and showed us the beds where we were going
to spend our long captivity.
‘You’d better stop this nonsense, my dear’, we heard
our great-grandfather whisper before we fell asleep.]
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Charles Simic
El mundo no se acaba
Edición bilingüe de Jordi Doce
Vaso Roto Poesía, 2012
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