charles simic
el mundo no se acaba
se acaba
el muerto desciende del cadalso
mi ángel de la guarda
el perro iba a la escuela de baile
vaso roto editorial
versión de jordi doce
mi ángel iba a la escuela de baile
el muerto de la guarda
el perro desciende del cadalso
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El muerto desciende del cadalso. Lleva su cabeza
ensangrentada bajo el brazo.
Los manzanos están en flor. El muerto se dirige a
la taberna del pueblo a la vista de todo el mundo. Allí
toma asiento en un rincón y pide dos cervezas, una
para él y otra para su cabeza. Mi madre se limpia las
manos en el delantal y le sirve.
Qué tranquilo es el mundo. Uno puede oír el
viejo río, que en su confusión a veces se olvida y fluye
hacia atrás.
Mi ángel de la guarda tiene miedo de la oscuridad.
Finge que no, me deja paso, dice que estará conmigo
en un segundo. Al poco rato ya no puedo ver nada.
‘Este debe ser el rincón más oscuro del cielo’, susurra
alguien a mi espalda. Resulta que también su ángel
de la guarda ha desaparecido. «Esto es un escándalo»,
le digo. «Esos sucios cobardes nos han abandonado»,
susurra ella. Y a todo esto, por lo que sabemos, yo ya
podría tener cien años, y ella ser una niña adormilada y
con gafas.
El perro iba a la escuela de baile. Su dueño
inhalaba ampollas de aire vienés. Un día los dos oyeron
aI nuevo Maestro del Universo pasar ante su puerta
con zancada firme. Entonces el hombre intercambió
sus ropas con las de su perro. Fue un perro sobre dos
patas, vestido de esmoking, al que llevaron al borde de
la fosa común. En cuanto al hombre, terminó ciego y
sordo, pero aún menea el rabo cuando un extraño se le
acerca.
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The dog went to dancing school. The dog’s owner
sniffed vials of Viennese air. One day the two heard
the new Master of the Universe pass their door with a
heavy step. After that, the man exchanged clothes with
his dog. It was a dog on two legs wearing a tuxedo,
that they led to the edge of the common grave. As for
the man, blind and deaf as he came to be, he still wags
his tail at the approach of a stranger.
The dead man steps down from the scaffold.
He holds his bloody head under his arm.
The apple trees are in flower. He’s making his way
to the village tavern with everybody watching. There,
he takes a seat at one of the tables and orders two
beers, one for him and one for his head. My mother
wipes her hands on her apron and serves him.
It’s so quiet in the world. One can hear the old
river, which in its confusion sometimes forgets and
flows backwards.
My guardian angel is afraid of the dark. He
pretends he’s not, sends me ahead, tells me he’ll be
along in a moment. Pretty soon I can’t see a thing.
This must be the darkest corner of heaven,’ someone
whispers behind my back. It turns out her guardian
angel is missing too. ‘It’s an outrage,’ I tell her. The
dirty little cowards leaving us all alone,’ she whispers.
And of course, for all we know, I might be a hundred
years old already, and she just a sleepy little girl with
glasses.
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