charles simic
el mundo no se acaba
vaso roto ediciones
versión de jordi doce
Un siglo de nubes aglomeradas. Barcos fantasmas que llegan y parten. El mar más hondo, más vasto. El loro de la jaula de bambú hablaba varios idiomas. El capitán del daguerrotipo tenía las mejillas pintadas de rojo. Se trajo del trópico una muchacha medio desnuda a la que tuvieron encadenada en el ático incluso después de que él muriera. De noche hacía sonidos que parecían cantos. El capitán habló de una raza de hombres que subsistían sólo con aromas florales.
Esto hizo que su mujer y su madre rezaran una plegaria para la salvación de las almas no bautizadas. Una vez, sin embargo, sorprendimos al capitán quitándose la barba. ¡Era falsa! Debajo tenía otra barba de aspecto igualmente absurdo.
Era la época de las terrazas de observación ocupadas. Aún se usaban las lenguas muertas del amor, pero también mucho silencio, mucho gritar silencioso a todo pulmón.
A century of gathering clouds. Ghost ships arriving and leaving. The sea deeper, vaster. The parrot in the bamboo cage spoke several languages. The captain in the daguerreotype had his cheeks painted red. He brought a half-naked girl from the tropics whom they kept chained in the attic even after his death. At night she made sounds that could have been singing. The captain told of a race of men without mouths who subsisted only on scents of flowers.
This made his wife and mother say a prayer for the salvation of all unbaptized souls. Once, however, we caught the captain taking off his beard. It was false! Under it he had another beard equally absurd looking.
It was the age of busy widow’s walks. The dead languages of love were still in use, but also much silence, much soundless screaming at the top of the lungs.
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