Lo difícil de mi cara brota de un corazón
alérgico a la nada.
Desde que me apropié de aquel atardecer que
nunca tuvo algo que ver con las estrellas
duermo con una grieta incómoda entre los brazos
y el alma anudada a relojes detenidos.
Aún hoy, por momentos, soy un pozo por donde
se siguen yendo mis cosas.
Pero permanezco erguida entre la fuerza
del horizonte claro: me falta saber cuál es
la mirada de ojos cerrados, pisar el tramo superior
de la escalera de incendios, y vivir esa transmutación de lo imposible en posible
que el mismísimo amor
ha reservado para nombrarme.

 

 

 

 

lunes, 5 de junio de 2017
https://ebelina.blogspot.com.es/

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

3 Comentarios

  1. caballo

    Caray, exclamo ante estos versos de Mabel,
    a quien conocemos desde hace años, desde
    los tiempos de los balcones. Y ya entonces despuntaba
    y apuntaba.
    Te escribo a ti, Master, porque has colgado el poema, en vez
    de escribirle a ella, que lo ejecutó. Pero es que no sé si me oye,
    claro.

    En cualquier caso, no quiero dejar sin respuesta semejante poema,
    con todos los ingredientes de la alta poesía.

    Un abrazo para ella si estás en contacto, y un agradecimiento para
    ti por haber colgado el poema para la peña de trashumantes que
    andamos por aquí, esperando, buscando poesía en grandes o pequeñas
    minas, a veces en agujeros hechos con las manos, a veces en extraños
    parajes donde habita… el olvido, como siempre.

    narcisodaa

    Responder
  2. angel

    Sigo a Mabel en su evolución como poeta…Y he visto esta joya.
    Ya le diré de este comentario. Ayer estuvimos eligiendo poemas y coincidimos en este los dos.
    Un muy buen poema si señor… espero que haya más material por llegar, pronto.

    abrazo

    Ángel

    Responder

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