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lucas, sus roces sociales
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A Lucas no hay que invitarlo a nada, pero la señora de Cinamomo ignora el
detalle y gran ambigú con asistencia selecta el viernes a partir de las
dieciocho. Cuando Calac ve llegar a Lucas, no hace más que agarrarse de
las solapas de Polanco y madre querida vos te das cuenta, diversas señoras
se preguntan por qué esos dos se ríen en esa forma, el diputado Poliyatti
sospecha un buen cuento verde y se constituye, hay ese momento idiota
pero jamás superado en que oh señor Lucas cuánto gusto, el gusto es mío
señora, la sobrina que cumple años apio verde tuyú, todo eso en el salón de
prosapia con whisky y bocaditos preparados especialmente en la confitería
La nueva Mao Tsé Tung.
Lleva tiempo contarlo pero en realidad sucede rápido, los huéspedes
se han sentado para escuchar a la nena que va a tocar el piano, pero Lucas.
Póngase cómodo, por favor. No, dice Lucas, yo no me siento nunca en una
silla Luis XV. Qué curioso, dice la señora de Cinamomo que ha gastado
ríos de guita en esas cosas con cuatro patas, y por qué señor Lucas. Porque
soy argentino y de este siglo, y no veo la razón de sentarme en una silla
francesa y de época obsoleta, si me hace traer el banco de la cocina o un
cajón de kerosene voy a estar muy bien. Para un cumpleaños con ambigú y
piano resulta un tanto descolocante, pero ya se sabe que hay artistas que, y
esas cosas, de manera que rictus apropiado y no faltaba más, le pondremos
este taburete que fue del coronel Olazábal. Tiene solamente tres patas pero
es la mar de cómodo, me crea.
A todo esto la nena en el claro de luna y Beethoven como la mona.
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PAPELES INESPERADOS
JULIO CORTÁZAR
Edición de Aurora Bernárdez y Caries Álvarez Garriga
Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S.A. de Ediciones, 2009
Buenos Aires
Primera edición: mayo de 2009
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