Bien: aquí colgamos un segundo poema que parece también lineal,
relativamente fácil. Sólo tenemos la traducción de Elizabeth Azcona Cranwell
(a quien Vlad tanto aprecia) y una versión en italiano de un tal
Ariodante Marianni que quizá los permita contar, por lo menos, con una
segunda opción para contrastar la de Elizabeth -o al revés-.
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y la lectura recitada -casi cantada- de dylan thomas
[ezcol_1half]
there was a saviour
There was a saviour
Rarer than radium,
Commoner than water, crueller than truth;
Children kept from the sun
Assembled at his tongue
To hear the golden note turn in a groove,
Prisoners of wishes locked their eyes
In the jails and studies of his keyless smiles.
The voice of children says
From a lost wilderness
There was calm to be done in his safe unrest,
When hindering man hurt
Man, animal, or bird
We hid our fears in that murdering breath,
Silence, silence to do, when earth grew loud,
In lairs and asylums of the tremendous shout.
There was glory to hear
In the churches of his tears,
Under his downy arm you sighed as he struck,
O you who could not cry
On to the ground when a man died
Put a tear for joy in the unearthly flood
And laid your cheek against a cloud-formed shell:
Now in the dark there is only yourself and myself.
Two proud, blacked brothers cry,
Winter-locked side by side,
To this inhospitable hollow year,
O we who could not stir
One lean sigh when we heard
Greed on man beating near and fire neighbour
But wailed and nested in the sky-blue wall
Now break a giant tear for the little known fall,
For the drooping of homes
That did not nurse our bones,
Brave deaths of only ones but never found,
Now see, alone in us,
Our own true strangers’ dust
Ride through the doors of our unentered house.
Exiled in us we arouse the soft,
Unclenched, armless, silk and rough love that breaks all rocks.
una vez hubo un salvador
Una vez hubo un salvador
más precioso que el radium
más simple que las aguas, más cruel que la verdad;
reunidos por su hablar
los niños se alejaban del sol
para oír la nota de oro dar vueltas en un surco
los prisioneros de sus deseos encerraban los ojos
en las cárceles y el indagar de su sonrisa sin llave.
Desde un erial perdido
voces de niños cuentan
que una calma se hacía en su inquietud segura,
cuando el hombre opositor hería
al hombre, el animal, o al pájaro
ocultamos el miedo en ese aliento asesino,
silencio, silencio que guardar cuando la tierra se volvió ruidosa
en las cuevas y asilos del tremendo alarido.
Se dejó oír la gloria
en las iglesias de sus lágrimas,
suspirabas cada vez que su brazo velludo te golpeaba,
oh tú que no pudiste llorar
sobre la tierra cuando un hombre moría
derramaste una lágrima de gozo en el diluvio sobrenatural
y apoyaste la mejilla en una caracola con figura de nube.
Ahora estamos solos tú y yo en la oscuridad.
Dos ennegrecidos hermanos orgullosos
encerrados en el invierno lado a lado
le gritan a este inhóspito año hueco.
Oh nosotros que ni esbozar logramos
un pálido suspiro cuando oímos
golpear a la codicia en nuestro prójimo y quemar al vecino
pero acurrucados y lastimeros en el muro celeste
ahora soltamos una lágrima enorme por la caída pequeña que supimos,
por los hogares derribados
que no alimentan nuestros huesos,
ni las muertes valientes de unos pocos que jamás hallamos,
mira ahora solitario en nosotros,
cómo nuestro genuino polvo de extranjeros
cabalga por las puertas de nuestra casa inexplorada.
Exiliados en nuestro propio ser levantamos
desatado, sin brazos, el amor sedoso y áspero que deshace todas las rocas.
ci fu un redentore
Ci fu un redentore
Più raro del radio,
Più comune dell’acqua, più crudele della verità;
Fanciulli tolti al sole,
Si riunivano intorno alla sua lingua
Per udire la nota dorata girare in un solco,
Prigionieri dei loro desideri sprangavano gli occhi
Dentro le carceri e gli studi dei suoi sorrisi senza chiave.
La voce dei pargoli dice
Da un perduto deserto
Bisognava far calma nel suo tranquillo tumulto;
Quando uomo ostile feriva
Uomo, bestia, od uccello,
Noi celavamo il terrore in quel fiato omicida;
Bisognava tacere, quando la terra divenne fragorosa,
Dentro le tane e i manicomi del terribile grido.
C’era gloria da udire
Nelle chiese del suo pianto,
Sotto il suo braccio piumoso, mentre colpì, sospiravi
O tu che non sapevi
Piangere sulla terra quando un uomo moriva,
Immettesti una lacrima di gioia nel divino diluvio
E appoggiasti l’orecchio a una conchiglia di nuvola:
Ora nel buio siamo soltanto tu e io.
Due orgogliosi oscurati fratelli,
Sprangati dall’inverno fianco a fianco
Gridiamo a questo vuoto inospitale anno,
O noi che non sapemmo
Trarre un solo sospiro nell’udire
La cupidigia umana avventarsi sul prossimo in fiamme
Ma gemendo corremmo a rifugiarci dentro le azzurre mura,
Ora versiamo gigantesche lacrime per la colpa mal conosciuta,
Per il crollo di case
Che non allevarono le nostre ossa,
Per le morti coraggiose degli unici mai ritrovati,
Orà vediamo, solitari in noi,
La nostra polvere di veri stranieri
Cavalcare attraverso le porte della nostra
Impenetrata casa. In noi esiliati, risvegliamo il molle,
Inerme, disserrato, scabro e setoso amore che frantuma ogni pietra.
Dylan Thomas
Versión al español de Elizabeth Azcona Cranwell, 1974
Versión al italiano de Ariodante Marianni, 1965
Afortunadamente -se supone- existe una Antología poética de Dylan Thomas
con el título de Muertes y Entradas (1934-1953), en edición bilingüe y
traducida por Niall Binns y Vanesa Pérez Sauquillo, del año 2003.
Fue editada por Signos [Huerga y Fierro]
Incluye (por lo menos): 18 poemas y 25 poemas;
There was a saviour está incluido en Veinticinco poemas, 1936.
hubo un salvador
Hubo un salvador
más raro que el radio,
más corriente que el agua, más cruel que la verdad;
los niños resguardados del sol
se congregaban en torno a esa lengua
para oír la nota de oro girando por su surco,
y presos de deseos encerraron sus ojos
en las cárceles y estudios de esas sonrisas sin llave.
Dice la voz de los niños
desde un desierto perdido:
hubo calma que hacer en esa segura inquietud,
cuando el hombre obstructor dañaba
a hombre, animal o pájaro
ocultamos nuestros miedos en ese aliento asesino,
silencio, silencio que hacer, cuando la tierra se alborotaba,
en las guaridas y asilos del tremendo clamor.
Hubo gloria que oír
en las iglesias de esas lágrimas,
suspirabas bajo el vello de ese brazo que pegaba,
oh, tú que no podías llorar
por los suelos la muerte de un hombre
pusiste tu lágrima de dicha en el diluvio celestial
y apoyaste tu rostro en una concha de nubes:
ahora en las tinieblas sólo estamos tú y yo.
Dos hermanos altivos y oscurecidos lloran,
encerrados en el invierno codo con codo,
por el inhóspito hueco de este año,
oh, nosotros que no pudimos despertar
ni un delgado suspiro al oír, cerca,
a la avaricia golpeando, incendiando al vecino,
sino que gemíamos y anidábamos en el muro celeste,
ahora rompemos una lágrima gigante por la ignorada caída,
por el marchitar de hogares
que no criaron nuestros huesos,
las muertes valientes de seres únicos pero nunca encontrados,
ahora vemos, en nuestra soledad,
nuestro propio polvo de auténticos extraños
cabalgar por las puertas de nuestra casa inexplorada.
Exiliados en nosotros alzamos el suave, sedoso y áspero amor
que sin puño ni brazo rompe todas las rocas.
hubo un salvador
Hubo una vez un salvador
más escaso que el radium
más simple que el agua, más cruel que la verdad;
los niños se guarecían del sol
reunidos en su lengua
para escuchar la dorada nota convertirse en ritmo
Prisioneros de los deseos cerraban sus ojos
en las celdas y ensayos de sus sonrisas sin llave
La voz de los niños explica
desde un perdido desierto
que hubo que hacer calma en su segura inquietud,
cuando el entorpecido hombre hería
al hombre, al animal o al pájaro
Escondimos nuestros miedos de ese aliento asesino
Silencio, silencio que guardar, cuando la tierra se volvió ruidosa
en cuevas y manicomios, del enorme grito
Se dejó oír la gloria
en las iglesias de sus lágrimas
Bajo su velloso brazo suspirabas mientras él golpeaba
Oh tú que no pudiste llorar
sobre la tierra cuando un hombre moría
derramaste una lágrima de gozo en el sobrenatural diluvio
y apoyaste tu mejilla contra una caracola con forma de nube:
Ahora, en la oscuridad sólo existe el tú y el yo.
Dos orgullosos y ennegrecidos hermanos lloran,
encerrados en el invierno, codo a codo,
a este inhóspito y vacío año,
Oh nosotros quienes ni esbozar pudimos
un pálido suspiro cuando escuchamos
la codicia sobre el hombre golpear cerca y quemar al vecino
pero lastimosos y acurrucados en el muro del cielo azul
soltamos ahora una enorme lágrima por el pequeño conocido otoño,
por el caer de los hogares
que no alimenta nuestros huesos
ni las muertes valientes de unos pocos que jamás hallamos
Mira ahora, solitario en nosotros
nuestro propio y auténtico polvo de extranjeros
cabalgar por las puertas de nuestra inexplorada casa
exiliados en nuestro ser, levantamos el suave
desatado, sin brazos, sedoso y áspero amor, que deshace todas las rocas.
nuestras versiones
Θ
He dejado nuestra versión, a ver si le gusta.
abrazo
Ángel
Sin leerla te puedo decir que es muy posible que me guste,
pero es también muy posible que esté en desacuerdo con algunas,
numerosas, varias cosas. Prefiero tardar un poco a leerla, por aquello
de que estoy leyendo artículos al respecto, de modo que el poema -y
sus palabras- no son indiferentes al momento biográfico del poeta o,
si las hubo, a las concretas influencias que pudo recibir por entonces.
Con Dylan Thomas puede hacerse en gran medida, hay una tremenda
cantidad de estudios, de manera que parece que no dio ni un solo paso
de cierta relevancia que no quedara registrado.
Gracias
narcisodeaa
Ok, entiendo. De todas formas, que quede ahí como una más.
abrazo
Ángel
Es una traducción?
Son tres más la nuestra Vlad
Nope, Vlad: era un reclamo para que acudieses. Ahora,
que vamos hacia la navidad -siempre se va hacia la navidad,
y hacia el verano y el invierno, claro- el poema se parece a un árbol
de luces parpadeantes: sólo nos faltaba que las lucecitas parpadearan
tu nombre para que te dieras por aludida.
He vuelto a leer un par de artículos y hasta algunos capítulos en castellano
de una tesis que me pareció buena, todo ello sobre DT. Aps, y ayer mismo
encontré la traducción del mundo galáctico y el dedo como un gusano,
y buena parte de hazme una máscara.
Bien, en suma: es una traducción pero una traducción que te estaba
aguardando con impaciencia, aunque el Master ya ha traducido los
dos poemas, con su estilo ‘el rayo soy’.
Un abrazo
Déjate caer pronto, si tienes un tiempo.
Gracias
Narciso