Quizá afortunadamente, Sábato no escribió poesía, sólo tiene algunos poemas mal
delimitados en Abaddón el Exterminador.
Lo intentó con la pintura, pero sus cuadros eran, al parecer, variaciones del negro
sobre el negro, óleos donde el color sólo aparecía para pintar alguna forma de sufrimiento,
de lágrimas, de sangre.
Este poema incompleto es más bien conmovedor, con mucha nostalgia y con el ponerse
incondicionalmente de parte de los débiles, de los desahuciados, que era tan propio
de Sábato.
[… ]
Salude al Respetable Público.
Así,
muy bien,
tenga su terrón de azúcar.
Hop, hop!
Damas y Caballeros,
estrictamente para familias,
poderoso león de la selva: sueñas,
dócilmente ejecutas piruetas
preestablecidas
con leve y tierna y secreta ironía.
Pobres, al fin de cuentas,
hay chicos que me quieren,
así, una vueltita, salto al aro uno dos hop!
excelente
y sueño con la selva
en sus crepúsculos antiguos
mientras distraídamente hago las pruebas
correcta y buenamente salto por el aro en llamas
me ponen sobre una silla
rujo abstraído
mientras recuerdo las pálidas lagunas
en las praderas
a las que un día he de volver
ya para siempre
(lo sé, lo creo, lo necesito)
devorando a un domador
a título simbólico
como adecuada despedida
en un acto de locura
dicen los diarios
inesperadamente su cabeza desapareció entre las fauces
chorreando sangre qué horror!
cundió el pánico
mientras por el momento
sueño
con aquella patria violenta pero candorosa
el orgulloso principado
las ceremonias del huracán y de la muerte
prófugo de la vergüenza
desnacido de la suciedad de cerdo
a la castidad del pájaro y la lluvia
a la altiva soledad.
Pasen, Damas y Caballeros,
esta fiera está amaestrada
espectáculo rigurosamente para familias
aquí lo pueden ver, hop!
salude al Respetable Público
mientras medito en la selva dura pero bella,
en sus noches de luna
en mi madre.
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