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CATHAY
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TRANSLATIONS BY
EZRA L POUND
FOR THE MOST PART
FROM THE CHINESE
OF RIHAKU,
FROM THE NOTES OF THE LATE
ERNEST FENOLLOSA,
AND THE DECIPHERINGS OF THE
PROFESSORS MORI AND ARIGA
LONDON
ELKIN MATHEWS, CORK STREET
MCMXV
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The River Song
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THIS boat is of shato-wood, and its gunwales are
cut magnolia,
Musicians with jewelled flutes and with pipes of gold
Fill full the sides in rows, and our wine
Is rich for a thousand cups.
We carry singing girls, drift with the drifting water,
Yet Sennin needs
A yellow stork for a charger, and all our seamen
Would follow the white gulls or ride them.
Kutsu’s prose song
Hangs with the sun and moon.
King So’s terraced palace
is now but a barren hill,
But I draw pen on this barge
Causing the five peaks to tremble,
And I have joy in these words
like the joy of blue islands.
(If glory could last forever
Then the waters of Han would flow northward.)
And I have moped in the Emperor’s garden, await-
ing an order-to-write!
I looked at the dragon-pond, with its willow-
coloured water
Just reflecting the sky’s tinge,
And heard the five-score nightingales aimlessly
singing.
The eastern wind brings the green colour into the
island grasses at Yei-shu,
The purple house and the crimson are full of Spring
softness.
South of the pond the willow-tips are half-blue and
bluer,
Their cords tangle in mist, against the brocade-like
palace.
Vine-strings a hundred feet long hang down from
carved railings,
And high over the willows, the fine birds sing to
each other, and listen,
Crying—»Kwan, Kuan» for the early wind, and the
feel of it.
The wind bundles itself into a bluish cloud and
wanders off.
Over a thousand gates, over a thousand doors are
the sounds of spring singing,
And the Emperor is at Ko.
Five clouds hang aloft, bright on the purple sky,
The imperial guards come forth from the golden
house with their armour a-gleaming.
The emperor in his jewelled car goes out to inspect
his flowers,
He goes out to Hori, to look at the wing-flapping
storks,
He returns by way of Sei rock, to hear the new
nightingales,
For the gardens at Jo-run are full of new nightin-
gales,
Their sound is mixed in this flute,
Their voice is in the twelve pipes here.
By Rihaku.
VIII century A.
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la canción del río
Esta barca es de sándalo y sus regalas son magnolias talladas,
tañedores con flautas enjoyadas y aúreos caramillos
colman los lados en hileras,
y nuestro vino es tan rico para llenar mil tazas.
Conducimos muchachas cantarinas, impulsados por la corriente,
sin embargo Sennin necesita una cigüeña amarilla de corcel
y toda nuestra marinería
seguiría a las blancas gaviotas o galoparía sobre ellas.
La canción en prosa de Kutsu
está colgada con el sol y la luna.
La terraza del palacio del Rey So
es ahora tan sólo estéril colina,
pero caligrafío en esta falúa
haciendo temblar los cinco montes,
gozando con las palabras
como el goce de las islas azules.
(Si la gloria pudiera eternizarse
entonces las aguas del Han fluirían hacia el norte).
¡He dormitado en el jardín del Emperador,
esperando la orden de escribir!
He visto el estanque del dragón
son sauces tiñendo el agua que refleja el azul del cielo,
he oído las cinco notas de los querellantes ruiseñores.
El viento del oeste trae verdor a las herbosas islas de Yei-shu,
la mansión púrpura y el carmesí están henchidos de la suave primavera.
Al sur del estanque las extremidades de los sauces son celestes y azuladas,
sus puntas se enredan en la niebla frente al palacio de brocado.
Hileras de viñedos a treinta metros de distancia cuelgan de cinceladas
barandillas,
y en lo alto de los sauces cantan las delicadas aves respondiéndose,
!escuchad! gritando: ‘Kwan, Kuan‘, reciben el primer viento.
El viento que, en torbellinos, dentro de una azulada nube está vagando.
Sobre mil pórticos y puertas están cantando los sonidos de la primavera
y el Emperador está en Ko.
Cinco nubes cuelgan en lo alto brillando en el cielo púrpura,
la guardia imperial se instala frente a la dorada mansión con sus armas
destellantes.
En su enjoyado carro el Emperador sale a inspeccionar sus flores,
sale hacia Hori para contemplar el vuelo de las cigüeñas,
retorna por la senda de la roca de Sei para escuchar a nuevos ruiseñores,
pues los jardines de Yo-rum están colmados de nuevos ruiseñores,
su sonido se une a esta flauta,
su voz está aquí en los doce caramillos.
RIHAKU
Siglo VIII D.C.
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