amor de hombre
 –
Mi estricta voluntad, mi punta seca
que está domando en ella
oceánicas pasiones y rumores antiguos. El cauterio que aplico
a esa llaga amorosa que, sin forma, palpita.

Si hiero, mato, engendro.
(Su exánime sonrisa me conmueve y me excita.)
Si la acaricio, mido,
sujeto sus equívocos y todas
las suavidades sumas que a la nada convidan.

Hasta que al fin, en sangre,
en su sólo sí misma,
en mi ir traspasando mis propios sentimientos,
la obtengo, mato, muero.

POESIAS COMPLETAS III 

GABRIEL CELAYA 

VISOR LIBROS,

2004

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