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Die Sonne
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Täglich kommt die gelbe Sonne über den Hügel.
Schön ist der Wald, das dunkle Tier,
Der Mensch; Jäger oder Hirt.
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Rötlich steigt im grünen Weiher der Fisch.
Unter dem runden Himmel
Fährt der Fischer leise im blauen Kahn.
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Langsam reift die Traube, das Korn,
Wenn sich stille der Tag neigt,
Ist ein Gutes und Böses bereitet.
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Wenn es Nacht wird,
Hebt der Wanderer leise die schweren Lider;
Sonne aus finsterer Schlucht bricht.
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El sol
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A diario llega el sol amarillo sobre el cerro.
Es hermoso el bosque, la bestia oscura,
el hombre que caza o que apacienta.
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De rojo asoma el pez en el verde de la alberca.
Bajo el cielo redondel
boga leve el pescador en su barca azulada.
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Sin prisa va a sazón el racimo, viene el grano.
Al caer callado el día,
bien y mal ya están dispuestos.
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Al entrar la noche,
leve alza el caminante el peso de sus párpados;
de la oscura garganta el sol despunta.
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«Siempre se le hacía difícil arreglárselas con el mundo exterior, al tiempo que iba
ahondándose cada vez más en el manantial de su creación poética… Bebedor y
drogadicto empedernido, jamás le abandonaba su porte noble, de un temple espiritual
fuera de lo común; no hay hombre que haya podido verle jamás tambalearse siquiera
o ponerse impertinente cuando bebía, si bien a horas avanzadas de la noche su forma
de hablar, por lo demás tan delicada y como rondando siempre a un mutismo inefable,
se endurecía a menudo con el vino de una manera peculiar y entonces podía aguzarse
en una malicia relampagueante.
Pero por debajo, solía sufrir él más que aquéllos sobre cuyas cabezas descargaba
como un rayo la daga de sus palabras en el corro enmudecido; pues en tales momentos
parecía de una veracidad tal que le partiera auténticamente el corazón. Por lo demás,
era un hombre callado, ensimismado, pero en modo alguno reservado; al contrario, sabía
entenderse bondadoso y humano como el que más con gente sencilla y franca de cualquier
clase social, de la más alta a la más baja, con que tuvieran el corazón «en su sitio», en
particular con los niños.
Bienes apenas le quedaban, tener libros siempre le pareció superfluo, y acabó «liquidando»
por lo que le dieran todo su Dostoievski, al que veneraba fervientemente… Entonces estalló
la guerra, y Trakl tuvo que ir al frente en su antiguo puesto de farmacéutico militar con un
hospital volante. A Galitzia. Al principio aquello pareció romper el hielo y arrancarle a su
pesadumbre. Pero luego, tras la retirada de Grodeck, recibí desde el hospital de plaza de
Cracovia, adonde se le había llevado para observación por su estado psíquico, un par de cartas
suyas que sonaban como llamadas de socorro de su alma.
Me decidí sin tardar y salí hacia Cracovia. Allí tuve el último y conmovedor encuentro con
mi inolvidable amigo. En Cracovia y de vuelta a Viena hice cuanto estuvo en mi mano por traerle
de vuelta a los cuidados de casa. Pero apenas llegué allí [a Innsbruck] recibí la noticia de su
muerte. Murió la noche del 3 al 4 de noviembre de 1914, tras un día de agonía, presuntamente
por efecto de una dosis de veneno que ingirió; de todos modos su final está envuelto en la
oscuridad, pues no se permitió estar a su lado a su asistente. Éste, un minero de Hallstatt adscrito
a Sanidad, llamado Mathias Roth, fue el único ser humano que asistió de luto al entierro de Trakl».
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[Testimonio de Ludwig von Ficker, en Kurt PINTHUS (ed.), Menschheitsdämmerung. Ein Dokument
des Expressionismus. (Lernmaterialien), Berlín: Ernst Rowohlt Verlag, 1920,
traducción del pasaje de J.-L. Arántegui]
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José Luis Arántegui
en Saltana, Revista de literatura y traducción
Antologías mínimas
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POEMAS | GEDICHTE
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El sol
A los enmudecidos
Crepúsculo en el alma
Queja
Grodek
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Die Sonne
An die Verstummten
Geistliche Dämmerung
Klage
Grodek
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FUENTES | QUELLEN
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(Or) «Die Sonne», en Der Brenner, 7, año IV, Innsbruck, 1 de enero de 1914, p. 306;
«An die Verstummten», en Der Brenner, 7, año IV, Innsbruck, 1 de enero de 1914, 7, pp. 306 y ss.;
«Geistliche Dämmerung», en Sebastian im Traum, Leipzig: K. Wolff, 1915;
«Klage», en Brenner Jahrbuch 1915, Innsbruck, p. 13; y
«Grodek», en Brenner Jahrbuch 1915, Innsbruck, p. 14.
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ENLACES | LINKS
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Georg Trakl. Erstdrucke in Der Brenner. Institut für Textkritik, Heidelberg.
Martin HEIDEGGER, «El habla en el poema. Una dilucidación de la poesía de Georg Trakl»,
traducción de Yves Zimmermann de Die Sprache im Gedicht. Eine Erörterung von Georg Trakls Gedicht, 1953.
Hartmut CELLBROT, «Zu Trakl und Nietzsche», Trans, Internet-Zeitschrift für Kulturwissenschaften, 6, 1998.
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