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monólogo del fanático
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Por mis venas discurre la sangre presurosa del animal inútil
que come cuatro veces al día como un puerco,
que me tutea y me deprime
con su palabra ufana,
testimonio evidente de esa parte de mí
que se muere al nacer, como una nube;
lo blando, lo confuso, lo que siempre está fuera
del peligro, el adorno y el encanto.
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No beberé. No comeré otra carne
que la luz del peligro.
No morderé otra boca que la boca del fuego.
No saldré de mi cuerpo si no para morirme.
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Ya no respiraré para otra cosa que para estar despierto noche y día.
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Universidad de Chile
Oscuro
Edición digital 1977
Miguel Ángel Martínez Barradas
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