[parece inevitable en estos primeros poemas que
la teoría -quizá poética- de Stevens, así como las traducciones
de que disponemos -y los comentarios de los traductores-, estén
convirtiendo los poemas de este atractivo poeta en un asunto
sobre todo técnico, lo que -salvo que sea del todo imprescindible-,
es, por decirlo así, una profanación.
Poco nos importan los motivos de Stevens para escribir poesía,
sus objetivos y tal: si no nos lleva directamente a una vida más grande
o más alta o más amplia o más digna, no estamos en la vía apropiada.
Nos sobran -pasada la etapa de familiarización- todas las especulaciones
y tecnicismos y teorizaciones: sólo nos interesa la poesía que nos arrebate
sin pensarla: lo demás es deplorable y desechable.
Así, desde el principio, tenemos que saber qué y hasta donde toleraremos
tal abordaje técnico que nada tiene que ver con la poesía.]
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