james joyce:
ulyses
[del monólogo de molly bloom]
… no soporto eso en las mujeres no me sorprende que ellos nos traten como nos tratan buen atajo de pécoras estamos hechas
supongo que es por todas las preocupaciones que tenemos lo que nos ha hecho tan víboras yo no soy así él podía muy bien haber
dormido ahí en el sofá en la otra habitación supongo que estaría tan vergonzoso como un niño siendo como es tan joven apenas
20 de mí en la habitación de al lado me habría oído en el orinal pues muy bien y qué más da Dedalus me imagino es como
aquellos nombres en Gibraltar Delapaz Delagracia tenían unos nombres la mar de raros allí el padre Vilaplana de Santa María
que me dio el rosario Rosales y O’Reilly en la Calle las Siete Revueltas y Pisimbo y Mrs Depís en Govemor street O vaya
nombrecito me tiro de cabeza al río si tuviera un nombre como ella O vamos y todas aquellas callejuelas cuesta Paradise y cuesta
Bedlam y cuesta Rodgers o y cuesta Crutchetts y las escalinatas de la quebrada del diablo bueno no es culpa mía si tengo cabeza
de chorlito sé que la tengo un poco juro por Dios que no me siento ni un solo día más vieja que entonces me pregunto si podría
soltarme a hablar ahora en español cómo está usted muy bien gracias y usted ves no lo he olvidado todo pensé que sí si no fuera
por la gramática sustantivo es el nombre de una persona lugar o cosa es una pena que no intentara nunca leer aquella novela que
la intratable de Mrs Rubio me dejó por Valera con las interrogaciones de abajo a arriba y de arriba a abajo siempre supe que al
final nos iríamos le puedo hablar en español y él a mí en italiano así verá que no soy tan ignorante qué pena que no se quedara
estoy segura de que el pobre hombre estaba muerto de cansancio y necesitaba como nada echarse un buen sueño le podía haber
llevado el desayuno a la cama con su tostadita siempre que no usara el cuchillo que trae mala suerte
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