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hambre otra vez
Como no podía dar una voz,
me quedé junto al canalón
del que salía el agua de lluvia.
La lluvia, los centinelas,
me acusaron de haberme presentado.
Antiguo como un témpano estaba todo ya.
¿Por qué esperar un día más?
Sabes que este está pasando
y que será lo mismo cuando haya pasado.
Nada vendrá a ocupar su lugar,
lo cual está muy bien, es fabuloso.
Inhumanos no somos, pero podemos jugar
a ver cómo sería ser Dios,
y de aquí Dios no nos vendrá a sacar.
En un momento dado estaba yo en tu casa.
De pronto dentro oscureció.
Azotó el viento la corteza
de unos árboles. Con retraso,
dijeron. Con la torpeza de toda tormenta.
Era el momento de encontrar el cristal mental
de enfrascarnos en lo que teníamos aún,
el inmenso recurso que debíamos.
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hungry again
Since I could not shout
I stood near the spout
the rainwater was running out of.
The rain, sentries,
taxed me with appearing.
Soon it was all old as clay.
Why wait for another day?
You know this one is happening
and will be the same after it has happened.
Nothing will come to take its place
and that will be fine, good.
Though not inhuman, we can play
at what it would be like to be God,
and God will not take us away.
Another time I was at your house.
It was suddenly dark inside.
A wind swept past the bark
of some trees. It was overdue,
they said. All storms are inept.
It was time to find the mind-crystal,
pore over what we still had,
the huge resource we owed.
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John Ashbery
Un país mundano
Editorial Lumen
Traducción de Daniel Aguirre Oteiza
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