john ashbery

 

un país mundano

 

 

 

emoción de un romance

 

 

 

Es distinto si tienes algún hipo.

Todo es… Tantas manos alegres que compiten

por tu atención, una bufanda, una bocanada de hollín

o una sencilla ráfaga de silencio salida de una radio.

¿Qué pasa? Ya te enterarás,

con gran consternación, cuando, al final de una larga cola

en la cafetería, bandeja en mano, te digan que la verja cerró

tras la Segunda Guerra Mundial. Syracuse fue declarada capital

de una nación indispuesta, pero la directiva

tenía otras metas, ocultas. Proclamar a la lógica

víctima de la verdad era una.

 

 

La soledad de todos (y la consiguiente promiscuidad)

perfumaba los caminos de pueblos que teníamos por civilizados.

Te vi esperando un tranvía y apreté el paso.

Ay, eras sólo un niño con armadura. Ahora, cuando vuelan brindis

procaces por toda una mesa tan pulcramente puesta, resulta que las consecuencias

sólo son polvo, dolencia y senectud. Los gratos recuerdos

no son más que eso. Así que encauzo lo que sea

hacia mi contingencia, una veta de mercurio

que continúa reventando, más arriba, más oportuna

a cada oportunidad. Las faldas con corpiño, salpicadas de flores obsoletas,

que vuelven a llevarse en la ciudad, promueven un debate abierto.

 

 

 

thrill of a romance

 

 

It’s different when you have hiccups.

Everything is—so many glad hands competing

for your attention, a scarf, a puff of soot,

or just a blast of silence from a radio.

What is it? That’s for you to learn

to your dismay when, at the end of a long queue

in the cafeteria, tray in hand, they tell you the gate closed down

after the Second World War. Syracuse was declared capital

of a nation in malaise, but the directorate

had other, hidden goals. To proclaim logic

a casualty of truth was one.

 

 

 

Everyone’s solitude (and resulting promiscuity)

perfumed the byways of villages we had thought civilized.

I saw you waiting for a streetcar and pressed forward.

Alas, you were only a child in armor. Now when ribald toasts

sail round a table too fair laid out, why the consequences

are only dust, disease and old age. Pleasant memories

are just that. So I channel whatever

into my contingency, a vein of mercury

that keeps breaking out, higher up, more on time

every time. Dirndls spotted with obsolete flowers,

worn in the city again, promote open discussion.

 

 

 

 

in memory of Barbara Epstein

 

 

A Worldly Country

new poems

 

 

UN PAÍS MUNDANO

Nuevos poemas

John Ashbery

Traducción e introducción

de Daniel Aguirre Oteiza

Lumen Editores

Barcelona 2009

 

 

 

 

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