jorge riechmann: poética
Tengo escritas ya demasiadas en dos libros enteros (Poesía practica-
ble y Canciones allende lo humano). En poesía lo que cuentan son los
resultados, no las intenciones; y a menudo los resultados contradicen
las intenciones. (Aún más: en la poesía que me parece mas viva y legi-
ble, esta contradicción interna es casi un rasgo definitorio. El primer
verso no sabe cuál será el último.)
Cambiar la vida (Rimbaud) y transformar el mundo (Marx) son
para mi generación y la siguiente imperativos cotidianos, so pena de
suicidio colectivo o de algunas otras posibilidades mucho peores. Ya sé
que los tiempos no son precisamente revolucionarios. No me resigno.
Replico, con Claudio Rodríguez, que estamos en derrota, nunca en
doma. Creo con el viejo pensador de Éfeso que hay que esperar lo
inesperado, porque si no seremos incapaces de hallarlo. Etimológica-
mente, ingenuo significa nacido libre.
Creo con Cortázar que, para un poeta, hobra se debería escribir
siempre con hache. Creo con Brecht que el lírico no ha de temer a la
razón. Creo que son necesarios tanto el antipoeta como el poeta, y por
tanto, si hay que elegir entre Nicanor Parra y Gonzalo Rojas, me
quedo con los dos a la vez.
La poesía es el lugar donde el lenguaje vuelve sobre sí mismo, se
asombra, se pone en cuestión, se interroga inacabablemente. Si no es
fiel a esta su esencial naturaleza de libertad, para mí la poesía pierde su
razón de ser. Desde aquella fidelidad, se sitúa en las antípodas del mu-
tilado y maltrecho mundo de pensamiento único, mercado único e
imperio único al que pretenden reducirnos.
antología consultada
de la poesía española
el último tercio del siglo
1968-1998
volumen CCCC
de la colección visor de poesía
visor
madrid
1998
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