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joseph brodsky
versión de ernesto hernández busto
to Urania
Everything has its limit, including sorrow.
A windowpane stalls a stare. Nor does a grill abandon
a leaf. One may rattle the keys, gurgle down a swallow.
Loneliness cubes a man at random.
A camel sniffs at the rail with a resentful nostril;
a perspective cuts emptiness deep and even.
And what is space anyway if not the
body’s absence at every given
point? That’s why Urania’s older than sister Clio!
In daylight or with the soot-rich lantern,
you see the globe’s pate free of any bio,
you see she hides nothing, unlike the latter.
There they are, blueberry-laden forests,
rivers where the folk with bare hands catch sturgeon
or the towns in whose soggy phone books
you are starring no longer; farther eastward surge on
brown mountain ranges; wild mares carousing
in tall sedge; the cheekbones get yellower
as they turn numerous. And still farther east, steam
dreadnoughts or cruisers,
and the expanse grows blue like lace underwear.
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a Urania
Tiene un límite todo, incluso la tristeza.
La mirada tropieza en la ventana, como una hoja con
[la empalizada.
Se puede verter agua. Hacer sonar las llaves.
La soledad es el hombre al cuadrado.
El dromedario husmea los rieles y frunce el hocico.
El vacío se descorre, como una cortina.
¿Y qué cosa es el espacio en general,
sino ausencia de cuerpo en cada punto?
Por eso Urania es más vieja que Clío.
De día, y a la luz de los tenues candiles,
ves que no esconde nada.
Y al mirar el globo sólo ves una nuca.
Ahí están: los bosques llenos de mirtillo,
ríos donde se pueden pescar esturiones con la mano,
una ciudad que ya no te incluye
en su directorio telefónico. Y allá, hacia el sur
es decir, al sudoeste, las montañas se oscurecen,
vagan entre la hierba los potros prechevali;
amarillean los rostros. Y más allá navegan
las fragatas, y el espacio azulea
como la ropa blanca con encajes.
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