julieta valero
altar
de los días parados
continuidad
Minúsculos corazones van y toman
estratégicos páramos en mi cuerpo
para latir y latiendo dejar que me marche.
Pero siempre vuelvo, siempre siempre he de volver.
Y es la costumbre del retorno lo más parecido a una firma.
Por tanto:
¡Hambre sin tregua y sin fuente, curiosidad!
¡Un siendo que hermane mis soldados!
¡Un párpado sin noche en la casa del maestro!
¡Un sinsentido que mate de veras,
pero en lentas jornadas de esclavo!
¡Un bate implacable que señale: esto no soy,
esto tampoco, aquello sí he sido!
¡Un amor renegando de sí a cada curva!
Para ser, para amar, para morir, muy de veras;
para ser sin futuro, para amar sin texto,
para morir cuenta atrás.
Y todo y siempre muy de veras.
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