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Between two wars

Remember that breakfast one November —

Cold black grapes smelling faintly

Of the cork they were packed in,

Hard rolls with hot, white flesh,

And thick, honey sweetened chocolate?

And the parties at night; the gin and the tangos?

The torn hair nets, the lost cuff links?

Where have they all gone to,

The beautiful girls, the abandoned hours?

They said we were lost, mad and immoral,

And interfered with the plans of the management.

And today, millions and millions, shut alive

In the coffins of circumstance,

Beat on the buried lids,

Huddle in the cellars of ruins, and quarrel

Over their own fragmented flesh.

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Entre dos guerras

¿Recuerdas ese desayuno un día de noviembre:

Uvas negras heladas oliendo vagamente

al corcho en el que estaban envueltas,

pan frío con carne caliente y blanca,

y chocolate espeso endulzado con miel?

¿Y las fiestas nocturnas; el gin y los tangos?

¿Las rotas rejillas para el pelo, las perdidas cremalleras?

¿A dónde se ha ido todo,

las hermosas mujeres, las horas sin rumbo?

Nos decían que estábamos perdidos, que éramos locos

e inmorales

y que interferíamos en los planes de los que tenían el poder.

Y hoy día, millones y millones, encerrados vivos

en los ataúdes de la circunstancia,

golpeando en la tapa de los féretros

apiñados en los sótanos de las ruinas, y disputando

su propia carne destrozada.

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Kenneth Rexroth

Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

De «La señal de todas las cosas»

2004

Editorial Universitaria S.A.

Santiago de Chile


 

 

 

 

 

 

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