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Una peluquera se sienta en la primera bocacalle de la Subura, por donde cuelgan los cruentos flagelos de los verdugos y numerosos remendones tienen sus puestos frente al Argileto. Pero esta peluquera, Amiano, no corta el pelo, te digo que no corta el pelo. —¿Pues qué hace? —Desuella.
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Tonstrix Suburae faucibus sedet primis,
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La gracia del epigrama radica en el equívoco del verbo radere , “afeitar”, y “limpiarle el dinero a
uno”. Ella se presentaba como peluquera, pero, como meretriz, “desollaba vivos” a sus clientes.
EPIGRAMAS DE
MARCO VALERIO MARCIAL
Segunda edición
Texto, introducción y notas de
JOSÉ GUILLÉN
Revisión de
FIDEL ARGUDO
Institución «Fernando el Católico» (CSIC)
Excma. Diputación de Zaragoza
Zaragoza, 2004
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