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Dos jóvenes muchachas o La hermosa Rosina
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Cómo saber cuál de las dos jóvenes muchachas es la hermosa Rosina,
aunque uno, basándose en los actuales cánones de belleza, se inclinaría
hacia la que marca esqueleto y, además, tiene una preciosa sonrisa,
fija y enorme, incansable.
A la otra –sin desmerecer- le sobran arrobas y le falta simpatía natural,
está como atrapada en el triángulo de las Bermudas que queda inscrito
en su dulce carne por sus tetas a dos, que iluminan la oscuridad como
dos lámparas, y por su rotundo pandero, en el que podría tocar el tamtam
una tribu entera. De este didáctico cuadro podría hacerse un completo
tratado de belleza estética, incluyendo su condición pasajera y tal.
La muchacha de la derecha tiene a su favor dos ventajas –ninguna de
ellas absoluta-, a saber: está viva y tiene mirada.
Pero, a veces, la muerte sienta muy bien y hay tantísimas miradas escasas
o vertidas hacia adentro, desaprovechadas o ausentes, torcidas o estrábicas,
que por ello hemos considerado como relativas las ventajas de la muchacha
lozana.
El hecho de que la muchacha de carne y hueso tenga pelo o un bonito perfil
griego, son detalles menores y ni mucho menos determinantes, ya que la
muchacha de sólo hueso, tiene unos pómulos marcadísimos que le dan
personalidad, y unos ojos, aunque vacíos, enormes de tamaño hueco, y la
temperatura desigual y negra de la oscuridad.
Como tantas veces sucede, es muy difícil llegar a la certeza y al consenso
en asuntos de belleza: casi siempre hay que quedarse en unos acuerdos
desabrochados y elásticos. Porque la muchacha oscura siempre calla y
se la puede dejar ahí, colgada de un alambre, en la oscuridad, el tiempo
que sea necesario, o incluso olvidarse por completo de ella durante años:
cuando la volvamos a ver, nada nos reprochará: discreta, respetuosa,
austera, siempre feliz.
Con la muchacha clara, no es necesario entrar en detalles sobre su reacción
si la dejásemos colgada unas horas en el silencio de la oscuridad.
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Narciso de Alfonso
Merodeos: el desnudo femenino en la pintura
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Antoine Wiertz (1806 – 1865)
Two young girls or The beautiful Rosine -1847
Óleo sobre lienzo de 140 X 100 cm
Ubicación actual: Museo Wiertz
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