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Debe usted saberlo
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yo nací lejos del umbral
desconozco, así, su gesto
el canto sereno
con el que otros hablan
las grandes palabras
que a una se le ahuecan
como pájaros mojados
en la boca
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durante años he visto hombres
que manejaban con premura el diccionario
y conocían el sentido exacto
de la palabra culpa
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y les bastaba
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pero a mí, que el vocablo se me enquista
y me cava el pecho como un descendimiento
todo me parece un vagar empedernido
por el líquido articular del dígase amor propio
dígase egoísmo
dígase umbral eterno entre las cosas.
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Yo sólo busco callar el bisbiseo
alcanzar la paz de lo rotundo
hacer callar
al maldito perro
de la indefinición.
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Y todo porque
tener un cuerpo limpio
requiere hacer hogar de la virtud
y no morar la periferia
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y de ahí este
quemar con pavor los diccionarios
y exigir conocer, no ya el sentido:
el intervalo la linde
la fina línea que separa
pongamos el amor del egoísmo
y su oscura simetría.
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Mi congoja no es más que una forma cauta de certeza.
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Bárbara Butragueño
Madrid, 1985
inédito
Círculo de poesía
Nuevos poetas españoles
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