opinión: el ciudadano, los ciudadanos

 

 

 

 

al parecer, una amplia mayoría de ciudadanos no sabe nunca

lo que ha ocurrido en realidad; incluso la historia es ya una propiedad

privada y, por otra parte, los ciudadanos, ni felices ni infelices,

se van deshumanizando a buen ritmo,

con todo, conviene resistirse a la enorme tristeza social y conformarse

a considerar que el ciudadano medio tiene algo de tostadora de anchura

variable, con botón de parada y calientabollos, y lo que cuenta es que

funcione.

se trata del mismo ciudadano que cada vez que tiene que espantar

una mosca todavía echa de menos el rabo, y que, cuando tiene problemas,

sabe que lo mejor es ofuscarse; su dicha está toda en esos huecos

de su cerebro que no tienen historia y, aunque su vida haya sido plana

hasta el día de hoy, el relieve siempre acecha.

 

 

 

 

 

 

 

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