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Amable Señor, Este Bosque
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Amable señor: le voy a contar un juego antiguo
que jugábamos a los ocho y a los diez.
A veces, en La Isla, al sur de Maine,
a finales de agosto, cuando desde alta mar
llegaba la niebla fría, el bosque entre Dingley Dell
y la cabaña del abuelo se ponía blanco, raro.
Era como si cada pino fuera un poste desconocido;
como si el día se convirtiera en noche y los murciélagos
volaran hacia el sol. Nos divertía
dar una vuelta y, ¡ya!, saber que estabas perdida;
saber que el cuerno del cuervo sonaba en la oscuridad,
saber que nunca llegaría la cena,
que el alarido maldito de la lejana sirena decía
tu tata se ha marchado para siempre. Oh, señorita,
la barca ha volcado. Y entonces estabas muerta.
Gira una vez, los ojos apretados, pensando en eso.
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Amable señor: perdida y de su misma naturaleza,
he dado dos vueltas, con los ojos bien cerrados,
y los bosques eran blancos y mi mente nocturna
vio cosas tan extrañas, innombradas, irreales.
Y al abrir los ojos, me da miedo mirar
(con esta mirada interior que tanto desprecia la sociedad).
Aun así, busco en estos bosques y no encuentro nada peor
que mi imagen, atrapada entre la uvas y las zarzas.
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Kind Sir: These Woods
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Kind Sir: This is an old game
that we played when we were eight and ten.
Sometimes on The Island, in down Maine,
in late August, when the cold fog blew in
off the ocean, the forest between Dingley Dell
and grandfather’s cottage grew white and strange.
It was as if every pine tree were a brown pole
we did not know; as if day had rearranged
into night and bats flew in sun. It was a trick
to turn around once and know you were lost;
knowing the crow’s horn was crying in the dark,
knowing that supper would never come, that the coast’s
cry of doom from that far away bell buoy’s bell
said your nursemaid is gone. O mademoiselle,
the rowboat rocked over. Then you were dead.
Turn around once, eyes tight, the thought in your head.
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Kind sir: Lost and of your same kind
I have turned around twice with my eyes sealed
and the woods were white and my night mind
saw such strange happenings, untold and unreal.
And opening my eyes, I am afraid of course
to look — this inward look that society scorns —
Still I search in these woods and find nothing worse
than myself, caught between the grapes and the thorns.
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Anne Sexton
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Amable señor: este bosque
Poesía completa
Linteo 2013
Galicia
Traducción de Griselda García
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