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Mother and Jack and the rain

I have a room of my own.

Rain drops onto it. Rain drops down like worms

from the trees onto my frontal bone.

Haunted, always haunted by rain, the room affirms

the words that I will make alone.

I come like the blind feeling for shelves,

feeling for wood as hard as an apple,

fingering the pen lightly, my blade.

With this pen I take in hand my selves

and with these dead disciples I will grapple.

Though rain curses the window

let the poem be made.

Rain is a finger on my eyeball.

Rain drills in with its old unnecessary stories…

I went to bed like a horse to its stall.

On my damp summer bed I cradled my salty knees

and heard father kiss me through the wall

and heard mother’s heart pump like the tides.

The fog horn flattened the sea into leather.

I made no voyages, I owned no passport.

I was the daughter. Whiskey fortified

my father in the next room. He outlasted the weather,

counted his booty and brought

his ship into port.

Rain, rain, at sixteen

where I lay all night with Jack beside a tiny lake

and did nothing at all, lay as straight as a bean.

We played bridge and beer games for their own sake,

filled up the lamp with kerosene,

brushed our teeth, made sandwiches and tea

and lay down on the cabin bed to sleep.

I lay, a blind lake, feigning sleep while Jack

pulled back the wooly covers to see

my body, that invisible body that girls keep.

All that sweet night we rode out

the storm back to back.

Now Jack says the Mass

and mother died using her own bones for crutches.

There is rain on the wood, rain on the glass

and I’m in a room of my own. I think too much.

Fish swim from the eyes of God. Let them pass.

Mother and Jack fill up heaven; they endorse

my womanhood. Near land my ship comes about.

I come to this land to ride my horse,

to try my own guitar, to copy out

their two separate names like sunflowers, to conjure

up my daily bread, to endure,

somehow to endure.


October 1962

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Mamá y Jack y la lluvia

Tengo una habitación propia.

La lluvia cae sobre ella. La lluvia cae como gusanos

de los árboles sobre mi hueso frontal.

Embrujada, siempre embrujada por la lluvia, mi habitación

confirma

las palabras que a solas haré.

Busco los estantes a tientas, como ciego,

busco la madera, dura como manzana,

palpando levemente la pluma, mi arma.

Con esta pluma mantengo a raya a mis diversos yos

y con estos discípulos muertos contiendo.

Aunque la lluvia maldiga la ventana

hágase el poema.

La lluvia es un dedo en mi córnea.

La lluvia traspasa goteando sus viejas e inútiles historias…

Me fui a la cama como el caballo al establo.

En mi húmedo lecho estival acuné mis rodillas saladas

y oí a mi padre besarme a través del muro

y oí el corazón de mi madre bombear como marea.

La sirena de niebla aplanó el océano como un cuero.

No hice viaje alguno, no tenía pasaporte.

Era la hija. En el otro cuarto

el whisky fortificó a mi padre. Sobrevivió al clima,

contó su botín y trajo

su barco a puerto.

Lluvia, lluvia, a los dieciséis

tendida junto a Jack toda la noche en el pequeño lago

sin hacer nada, yacía tiesa como ejote.

Jugamos bridge y juegos de taberna, por jugar,

llenamos la lámpara de kerosene,

nos cepillamos los dientes, preparamos sándwiches y té

y nos echamos a dormir en la litera del camarote.

Acostada, un lago ciego, fingí dormir y Jack, en tanto,

me quitó las cobijas de lana y miró

mi cuerpo, ese cuerpo invisible que las muchachas

esconden.

Toda esa noche dulce cabalgamos,

espalda contra espalda, sobre la tormenta.

Ahora Jack oficia misa

mi madre al morir usaba sus propios huesos de muletas.

Llueve en el bosque, llueve en el vidrio

y estoy en una habitación propia. Pienso demasiado.

Desde los ojos de Dios nadan los peces. Déjenlos pasar.

Mamá y Jack llenan el cielo; ambos endosan

mi feminidad. Cerca de tierra arriba mi barco.

Vine a esta tierra a montar mi caballo,

a tocar mi guitarra, a copiar

sus dos nombres, distintos como girasoles;

a conjurar el pan de cada día, a sobrevivir,

de algún modo a sobrevivir.

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Anne Sexton

Mamá y Jack y la lluvia

Quince poemas

Nota introductoria, selección y traducción de

Elisa Ramírez Castañeda

UNAM

México 2011

The Complete Poems

Houghton Mifflin Company Boston

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

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