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Quizá me sucedo en mí mismo. No sé quién pero alguien ha muerto en mí.
También ayer olía la desaparición y estaba amenazado por la luz, pero
hoy es otro el cuchillo delante de mis ojos.
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No quiero ser mi propio extraño, estoy entorpecido por las visiones.
Es difícil poner luz todos los días en las venas y trabajar en la retracción
de rostros desconocidos hasta que se convierten en rostros amados
y después llorar porque voy a abandonarlos o porque ellos van a
abandonarme.
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Qué estupidez tener miedo al borde de la falsedad, qué cansancio
abandonar la inexistencia y morir después todos los días.
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Antonio Gamoneda
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De Claridad sin descanso
En Arden las pérdidas, 2003
Esta luz, Círculo de lectores, 2004
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