Deshazte de tus vértebras mansas

De tu plural saliva me he nutrido.

Amor mío enhiesto,

cíñete las medias rojas,

sacúdete la niebla del pelo:

que nunca te haya visto tan hermosa.

Hunde los brazos vívidos

en el río sin médanos del tiempo.

Si has de apoyar la cabeza,

apóyala en la aurora ratonada.

Deshazte en buena hora

de tus vértebras mansas.

 

 

Jorge Riechmann

Deshazte de tus vértebras mansas

Desandar lo andado

Hiperión

Madrid 2001

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

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