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El tuátara
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En otra parte, ciertos lagartos marinos ignoran
despreocupadamente a sus vecinos -mientras van congregándose
de tal modo que no dejan lugar ni para dar un paso,
con las colas encimadas
al estilo de los cocodrilos -son rodeados por pájaros que entran y
salen dandos saltos. Así la vida social entre los reptiles y las aves es
apacible. El tuátara
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le permitirá a un petrel
entrar en su cueva, donde guarda sus nueve
o diez huevos… que es la cantidad que ponen los dragones, ya que
«un auténtico dragón engendra nueves hijos». El camaleón de tres
cuernos y el lagarto de collar, de la clase que no tiene patas,
no toman en serio
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a ningún ser que no sea volador. En
Copenhague, la puerta principal
del Mercado de la Bolsa está techada con dos pares de
dragones parados
sobre las cabezas, de modo que sus cuatro
colas verdes -trenzadas así por el arquitecto- se unen verticalmente
simbolizando el amparo de una seguridad cuadruplicada.
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The Tuatera
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Elsewhere, sea lizards
caongregated so there is no room
to step, with tails laid crisscross, alligator style, among
birds toddling in and out– are innocent of whom
they neighbor. Bird-reptile social life is pleasing. The tuatera
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will tolerate a
petrel in is den, and leys ten eggs
or nine-the number laid by dragons since «a true dragons
has nine sons». The frilled lizard, the kind with no legs,
and three-horned chamaleon, are non-serious ones that take to fligth.
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if you do not. In
Copenhagen the principal door of the bourse is roofed by
two pairs of dragons standing on
their heads -twirled by the architect- so that the four
green tails conspiring upright, symbolze fourfold security.
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Marianne Moore
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El basilisco emplumado
Buenos Aires, 1991
Bilingüe. Traducción de Ernesto Montequín
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