–
[ezcol_1half]–
en los días de color prismático
–
–
no en los días de Adán y Eva, sino cuando Adán
estaba solo; cuando no había humo y el color era
fino, no con el refinamiento
del arte primitivo, sino a causa
de su originalidad; sin nada que la modificara salvo la
–
niebla que subía, la oblicuidad era una varia-
ción de la perpendicular, simple de ver y
de explicar: ya no
lo es, ni tampoco la banda de incandescencia
azul-roja-amarilla, que era el color, conserva sus franjas; también es
una de
–
esas cosas en las que mucho de peculiar puede
leerse: la complejidad no es un crimen, pero llévenla
hasta el punto de lo
sombrío y nada es simple. Más aún,
la complejidad que se ha comprometido con la oscuridad, en vez de
reconocerse a sí misma
–
como la pestilencia que es, gira en torno
como para aturdirnos con la funesta
falacia de que la insistencia
es la medida del logro y de que toda
verdad debe ser oscura. Principalmente garganta, la sofisticación está
donde
–
siempre ha estado -en las antípodas de las grandes
verdades iniciales. «Una parte se arrastraba, otra parte
estaba a punto de arrastrarse, el resto
estaba aletargado en su cubil.» En el avance espasmódico
de piernas cortas, en el gorgoteo y todas las trivialidades -tenemos
la clásica
–
multitud de pies. ¡Con qué propósito! La verdad no es Apolo
Belvedere, ni algo formal. La ola puede pasarle por encima si
quiere
Sepan que estará allí cuando dice:
«Estaré allí cuando la ola haya pasado».
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]–
–
in the days of prismatic color
–
–
In the days of prismatic color
not in the days of Adam and Eve but when Adam
was alone; when there was no smoke and color was
fine, not with the finement
of early civilization art, but because
of its originality; with nothing to modify it but the
–
mist that went up, obliqueness was a varia-
tion of the perpendicular, plain to see and
to account for : it is no
longer that; nor did the blue red yellow band
of incandescence that was color, keep its ftripe: it also is one of
–
those things into which much that is peculiar can be
read; complexity is not a crime but carry
it to the point of murkiness
and nothing is plain. Complexity,
moreover, that has been committed to darkness, instead of
–
granting itself to be the pestilence that it is, moves all a-
bout as if to bewilder with the dismal
fallacy that insistence
is the measure of achievement and that all
truth must be dark. Principally throat, sophistication is as it al-
–
ways has been -at the antipodes from the init-
ial great truths. «Part of it was crawling, part of it
was about to crawl, the rest
was torpid in its lair.» In the short legged, fit-
ful advance, the gurgling and all the minutise -we have the classic
multitude of feet. To what purpose! Truth is no Apollo
Belvedere, no formal thing. The wave may go over it if it likes.
Know that it will be there when it says:
«I shall be there when the wave has gone by.»
[/ezcol_1half_end]
–
Marianne Moore
–
En los días de color prismático
El reparador de agujas de campanario y otros poemas,
Selección y traducción de Mirta Rosenberg y Hugo Padeletti
Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1988
–
0 comentarios