Carta

.

A ti, que serás siempre La Ignorada,

a ti, qúe llegaste a quién sabe qué lugar

cuando yo acababa, ay, de salir de él,

o perdiste aquel tren, no sé cuál, que te hubiera traído

al centro de mi vida,

o estabas en un banco de algún parque

un día que yo no quise pasear entre las hojas verlenianas,

a ti,

por la chacarera de tu mirada que nunca he visto,

por ese corazón que desconozco y es como una playa de

setiembre,

a ti, por todo lo que me habría obligado a amarte,

a ti, que me habrías amado hasta nunca,

que ahora puedes estar llorando

en la luz fría de una habitación de hotel,

o con tus hijos en el British Museum,

o ves el arco iris en una telaraña,

o piensas en mí sin saber que soy yo,

a ti, retrospectiva, condicional, perdida,

dondequiera que estés,

este poema.

 

 

 

Miguel d’Ors

Carta

Curso superior de ignorancia

Universidad de Murcia, 1987

 

 


 

 

 

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