extensiones de los ojos

(Espejo y cuerpo)

Tengo que hablar de mi cuerpo.

Mi cuerpo tiene rollos de grasa.

Inflamaciones de ternura y lujuria.

Manchas azules de várices en las piernas

y moretones violáceos que suben como racimos de uvas

hasta mi entrepierna.

Las estrías de los hijos, y los maridos, y los amantes y tantos cambios políticos-sociales.

La muchedumbre vagó por mis latifundios de piel.

Celebro ser tan gorda y tan deforme. Aunque quisiera ser más hija de puta.

Con los hijos, los maridos y los amantes. Con el sistema.

Celebro mi cara sin marcas, sin cicatrices, con alguna inocencia.

Tengo una boca grande e irreverente.

Me la tendría que coser, a veces, para no decir todo lo que veo.

¿Que me describa…? ¿Yo?

¿Con palabras? ¿Sin mirarme al espejo?

¿Esa imagen que veo y aquella que contrastan otros ojos?

Mi cuerpo tiene marcas, y me encuentro muy a gusto.

La piel no se siente como una carga.

No soy un papiro egipcio del siglo quinto AC.

La piel es la única vieja manta que con el tiempo abriga más.

Mi cuerpo es un estuche hecho de roble que tiene huellas y olor a vida

Es mi refugio, por ahora.

Es algo que protejo como un hijo.

Le demando caminos.

Descubro que puedo confiar.

 

 

 

 

 

 

Olga Ravelli

Extensiones de los ojos

En Con voz propia

Revista literaria, 8/2009

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

quiéreme

 

como si el amor fuera nuestro