Morir

Cómo apartarse de uno mismo

(sin desconocerse tampoco):

abrir los cajones vacíos,

depositar el movimiento,

el aire libre, el viento verde,

y no dejar a los demás

sino una elección en la sombra,

una mirada en ascensor

o algún retrato de ojos muertos?

De alguna manera oficial

hay que establecer una ausencia

sin que haya nada establecido,

para que la curiosidad

sienta una ráfaga en la cara

cuando destapen la oratoria

y hallen debajo de los pies

la llamarada del ausente.

 

 


Pablo Neruda


Morir

 

Pablo Neruda, Antología general

Madrid: Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española

2010


 

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