roberto bolaño

los perros románticos

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roberto

 

 

versos de juan ramón

 

 

 

Malherido en un bar que podía ser o podía no ser mi victoria,

como un charro mexicano de finos bigotes negros

y traje de paño con recamados de plata, sentencié

sin mayores reflexiones la pena de la lengua española. No hay

poeta mayor que Juan Ramón Jiménez, dije, ni versos más altos

en la lírica goda del siglo XX que estos que a continuación recito:

 

Mare, me jeché arena zobre la quemaúra.

Te yamé, te yamé dejde er camino… ¡Nunca

ejtubo esto tan zolo! Laj yama me comían,

mare, y yo te yamaba, y tú nunca benía!

 

Después permanecí en silencio, hundido de quijada en mis fantasmas,

pensando en Juan Ramón y pensando en las islas que se hinchan,

que se juntan, que se separan.

Como un charro mexicano del infierno, dijo horas o días más tarde

la mujer con la que vivía. Es posible.

Como un charro mexicano de carbón

entre la legión de inocentes.

 

 

 

 

 

 

Θ


 

 

 

 

 

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