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le mur
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Le pan de mur est en face, pour conjurer le cercle de ton rêve.
Mais l’image pousse son cri.
La tête contre une oreille du fauteuil gras, tu éprouves tes dents avec ta langue:
le goût des graisses et des sauces infecte tes gencives.
Et tu songes aux nuées pures sur ton île, quand l’aube verte s’élucide au sein des eaux mystérieuses.
C’est la sueur des sèves en exil, le suint amer des plantes à siliques, l’âcre insinuation des mangliers
charnus et l’acide bonheur d’une substance noire dans les gousses.
C’est le miel fauve des fourmis dans les galeries de l’arbre mort.
C’est un goût de fruit vert, dont surit3 l’aube que tu bois; l’air laiteux enrichi du sel des alizés…
Joie ! Ô joie déliée dans les hauteurs du ciel ! Les toiles pures resplendissent, les parvis invisibles sont
semés d’herbages et les vertes délices du sol se peignent au siècle d’un long jour.
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el muro
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El lienzo de muro está enfrente, para conjurar el círculo de tu sueño.
Pero la imagen lanza un grito.
La cabeza contra una oreja del sillón grasiento, exploras tus dientes con tu lengua:
el sabor de las grasas y las salsas infecta tus encías.
Y sueñas con las nubes puras sobre tu isla, cuando el alba verde crece lúcida en el seno de las aguas misteriosas.
Es el sudor de las savias en exilio, la suarda amarga de las plantas siliciosas, la insinuación acre de los manglares
carnosos y la ácida delicia de una negra sustancia en las vainas.
Es la miel silvestre de las hormigas en las galerías del árbol muerto.
Es un sabor de fruto verde que acidula el alba que bebes: el aire lechoso enriquecido con la sal de los alisios. . .
¡Alegría!, ¡oh alegría desatada en las alturas del cielo! Las telas puras resplandecen, los invisibles atrios están
sembrados de hierbas y las verdes delicias del suelo se pintan al siglo de un largo día.
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IMÁGENES PARA CRUSOE
de Antología Poética de Saint-John Perse,
Colección “Los poetas”,
Compañía General Fabril Editora,
Buenos Aires, 1960
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SAINT-JOHN PERSE
Antología Mínima
Traducción de JORGE ZALAMEA
Selección y nota introductoria de
JOSÉ EMILIO PACHECO
UAM
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Hay que ver la cantidad de poetas que escriben a lo difícil…
válgame dios… Saint-John fue el nobel de 1960, lo que digo,
no tanto por el premio, sino porque ya entonces se premiaba
incluso la oscuridad -o a pesar de la oscuridad?-
Mmmmm
Narciso