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turbera

 

para T. P. Flanagan

 

No tenemos praderas

para cortar un gran sol al atardecer;

el ojo en todas partes

acata un horizonte intruso,

 

se deja cortejar por el ojo de cíclope

de una charca. Nuestro campo abierto

es ciénaga que insiste en encostrarse

entre las apariciones del sol.

 

Han extraído el esqueleto

del Gran Alce irlandés

de la turba, lo han puesto en pie,

un soberbio armazón lleno de aire.

 

Mantequilla enterrada

más de cien años

reapareció salada y blanca.

La tierra misma es tierna, mantequilla negruzca

 

que se funde y se abre a cada paso,

a millones de años de distancia

de su última definición.

Jamás extraerán carbón de aquí,

 

solo los troncos anegados

de grandes pinos, blandos como pulpa.

Nuestros pioneros siguen avanzando

hacia dentro, hacia abajo,

 

en cada tira que desprenden

hay sospechas de asentamiento.

Las cunetas parecen filtraciones atlánticas.

El húmedo centro no tiene fondo.

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bogland

 

for T. P. Flanagan

 

We have no prairies

To slice a big sun at evening—

Everywhere the eye concedes to

Encrouching horizon,

 

Is wooed into the cyclops’ eye

Of a tarn. Our unfenced country

Is bog that keeps crusting

Between the sights of the sun.

 

They’ve taken the skeleton

Of the Great Irish Elk

Out of the peat, set it up

An astounding crate full of air.

 

Butter sunk under

More than a hundred years

Was recovered salty and white.

The ground itself is kind, black butter

 

Melting and opening underfoot,

Missing its last definition

By millions of years.

They’ll never dig coal here,

 

Only the waterlogged trunks

Of great firs, soft as pulp.

Our pioneers keep striking

Inwards and downwards,

 

Every layer they strip

Seems camped on before.

The bogholes might be Atlantic seepage.

The wet centre is bottomless.

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|Door into the Dark, 1969

 

 

 


 

 

 

 

 

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