siempre
[ a mi madre ]
La voz que vino del pasado viva
se quedó ahí. Es
la caricia que no tiene ya,
se parece a un día muy claro
y tiembla con su transparencia.
La conciencia piensa la huella
de la suspensión que se enraiza
en una mano que se fue adonde.
¡Ah, vagabunda, siempre de aquí para allá!
¡Tocando lo que en mí muere
y espera tu visita!
¡El peso de una golondrina
y la suposición de otros sentimientos!
¡La tarde que lame el tiempo
en tu chaleco que duele!
Juan Gelman
del libro, Valer la Pena – México 1996/2000
2001, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C / Seix Barral
Buen poema del bueno de Gelman.
Gracias por compartirlo.
Narciso
Las primeras frases son pequeños infinitos.
Es una maravilla
Ángel